Un ensayo clínico en fase 1 indica que el tratamiento experimental de inmunoterapia, administrado tras la terapia estándar, podría retrasar la recaída en pacientes con mutaciones en el gen KRAS. Varios expertos externos han valorado los resultados con cautela: son alentadores, pero muy preliminares.
Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que una vacuna inmunoterapéutica experimental puede ayudar a prolongar la supervivencia libre de recaída en algunos pacientes con cáncer de páncreas o de colon. Los resultados, publicados hoy en la revista Nature Medicine, provienen de un ensayo clínico en fase 1 con 25 personas —20 con cáncer de páncreas y 5 con cáncer colorrectal— que ya habían completado el tratamiento estándar pero presentaban restos de enfermedad detectables en sangre.
La vacuna, denominada ELI-002 2P, no requiere personalización individual y se produce de forma masiva para uso “listo para administrar”. Está diseñada para entrenar al sistema inmunitario a reconocer y atacar células tumorales con mutaciones en el gen KRAS, frecuentes en ambos tipos de cáncer, dirigiendo fragmentos específicos de la proteína mutada a los ganglios linfáticos, donde se genera la respuesta inmune.
Tras un seguimiento medio de casi 20 meses, el 68 % de los participantes desarrolló una potente respuesta de células T específicas frente a KRAS mutado. Aquellos con las respuestas más intensas vivieron más tiempo y permanecieron libres de enfermedad durante más tiempo que los que mostraron respuestas más débiles. En el caso de los pacientes con cáncer de páncreas, la supervivencia media global fue de casi 29 meses y la supervivencia libre de recaída superó los 15 meses, cifras superiores a las de datos históricos de control.
Los investigadores observaron además que, en algunos pacientes, el tratamiento no solo generó respuesta contra las mutaciones incluidas en la vacuna, sino también contra otras variantes de KRAS presentes de forma única en cada tumor, lo que sugiere un potencial para inducir defensas más amplias y personalizadas. Actualmente, ELI-002 2P se está evaluando en un ensayo clínico en fase 2 con un diseño aleatorizado para confirmar estos resultados.
El cáncer de páncreas es uno de los más letales en España: se estima que en 2024 se diagnosticaron cerca de 8 993 casos, y la supervivencia a cinco años apenas alcanza el 8 %, siendo la más baja entre los tumores comunes. La mayoría de los casos se descubre en fase avanzada debido a la falta de síntomas específicos, lo que limita las opciones de tratamiento, especialmente la cirugía curativa, disponible solo para un 15–20 % de los pacientes. Los tratamientos actuales incluyen esquemas intensivos de quimioterapia, así como opciones adyuvantes, en función de la situación del tumor.
Por otra parte, el cáncer colorrectal es el más frecuente en el país: en 2025 se diagnosticarán alrededor de 44 573 casos, lo que equivale a una incidencia de unos 85 por cada 100 000 habitantes y representa aproximadamente el 15,1 % de todos los nuevos diagnósticos oncológicos en España. La supervivencia neta a cinco años se sitúa entre el 60 y 64 %, ligeramente superior en mujeres que en hombres. En algunos centros españoles, se está avanzando incluso en terapias como el trasplante de hígado para pacientes con metástasis hepáticas, alcanzando tasas preliminares de supervivencia a cinco años superiores al 70 %.
Varios expertos ajenos al estudio han valorado los resultados con cautela. El profesor Richard Sullivan, director del Institute of Cancer Policy y codirector del Centre for Conflict & Health Research en el King’s College de Londres, subraya al Science Media Center de Reino Unido que los datos “están muy lejos de demostrar una utilidad clínica real” y advierte de que el ensayo mezcla cánceres de páncreas y colorrectales, “dos enfermedades muy diferentes, con pronósticos dispares”.
Según explica, la mayor parte de los casos analizados son de cáncer de páncreas (20 frente a 5 de colon) y en estos últimos no había enfermedad clínicamente medible, lo que dificulta comparar la eficacia. Sullivan considera que los resultados también pueden estar condicionados por el uso de otras terapias inmunooncológicas y que, en conjunto, lo único que demuestra el estudio es que la vacuna genera inmunidad de células T frente a KRAS mutado, “algo que ya se ha intentado antes sin que se tradujera en eficacia tangible”.
Por su parte, el doctor Khurum Khan, oncólogo médico en el University College London Hospitals NHS Foundation Trust, coincide en que los resultados son preliminares, pero destaca su solidez metodológica y el interés de la estrategia. Recuerda que el cáncer de páncreas y el colorrectal metastásico están impulsados en gran medida por mutaciones en KRAS, y que el estudio se centró en pacientes con enfermedad mínima residual, un marcador clave para estratificar el riesgo de recaída.
Según Khan, el ensayo está bien diseñado y muestra señales inmunológicas y clínicas alentadoras, con un 68 % de pacientes que desarrollaron fuertes respuestas de células T asociadas a mayor supervivencia libre de recaída y global. No obstante, advierte que esta correlación no implica causalidad y que será necesario confirmar cualquier beneficio clínico en ensayos más amplios y aleatorizados antes de cambiar la práctica clínica.
Referencia:
Wainberg, Z. et al. “Lymph node-targeted, mKRAS-specific amphiphile vaccine in pancreatic and colorectal cancer: phase 1 AMPLIFY-201 trial final results”. Nature Medicine, 2025.