Balance de la última década en las carreteras

Diez años conduciendo con puntos

El 1 de julio de 2006 entraba en vigor el permiso por puntos en nuestro país. Los conductores españoles seguían así los pasos de los franceses y holandeses. Una década después, el número de fallecidos por accidentes de tráfico se ha reducido más del 60%, aunque los accidentes se mantienen y las infracciones siguen presentes. Expertos del sector, asociaciones de víctimas y administraciones públicas coinciden en que el permiso es una herramienta más para luchar contra las muertes en el asfalto y urgen a que se adapte a la sociedad de hoy.

Diez años conduciendo con puntos
Esta forma de colocar el equipaje sobre la baca es peligrosa porque puede caerse y provocar accidentes. Imagen: Fotolia

El miedo y la incertidumbre que muchos conductores experimentaron hace una década, cuando se estrenaron con el carné por puntos, se ha ido transformando, poco a poco, en un cambio de mentalidad al volante. Diez años después de ese 1 de julio de 2006, tres de cada cuatro conductores conservan intacto su saldo de puntos. En la otra cara de la moneda, 7,5 millones de sancionados.

Las cifras reflejan una conducción más responsable, con un descenso del número de víctimas mortales, que no solo se puede atribuir al permiso por puntos, sino también a otras medidas introducidas estos años como la reforma del Código Penal y de la Ley de Seguridad Vial, junto a numerosas campañas de concienciación.

Coincidiendo con este décimo aniversario, analizamos cómo han cambiado diez aspectos clave en materia de seguridad vial y qué papel ha tenido el carné por puntos, con opiniones de víctimas, administraciones públicas, asociaciones de conductores y compañías aseguradoras.

1. Disminuyen las víctimas mortales

De los 4.442 fallecidos en accidentes de tráfico en 2005 se ha pasado a 1.688 diez años después, una cifra idéntica a la registrada en 2014. Estos valores contabilizan el número de muertos en vías urbanas e interurbanas registrados treinta días después del accidente.

“Según María Seguí, la Directora de la Dirección General de Tráfico, en estos años los fallecimientos por accidente de tráfico se han reducido en un 62%, lo que supone un grandísimo logro”, destaca a Sinc Yolanda Doménech, directora de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico P(A)T. En su opinión, el permiso de conducir por puntos ha contribuido a ello, pero también una mayor implicación de la administración, “especialmente, en la primera década del 2000”.

Para las asociaciones de víctimas, el objetivo de cero muertos en las carreteras en 2050 parece una utopía

La mayoría de las fuentes consultadas coinciden en que este descenso tan pronunciado en el número de víctimas es la suma de una serie de medidas y el carné por puntos ha sido una más. “Creo que ha sido la medida de mayor impacto entre los propios conductores, pero es verdad que hubo otras a su alrededor”, admite a Sinc Javier Villalba, jefe de la Unidad de Ordenación Normativa de la DGT. Entre estas otras iniciativas, Villalba destaca la red de radares fijos y los cambios legislativos en materia de seguridad vial aprobados en 2007, 2009 y 2014.

A pesar de este descenso, las cifras de fallecidos el año pasado y lo que llevamos de 2016 parecen haber tocado techo y no han seguido reduciéndose. Factores como el aumento de los desplazamientos al mejorar la situación económica del país, el mal estado de las carreteras y un parque móvil antiguo –de una media de doce años en el caso de los coches y catorce en las motos– podrían explicar esta nueva tendencia. Para las asociaciones de víctimas, el objetivo de cero muertos en las carreteras en 2050 suscrito por el Gobierno español parece una utopía.

2. Se mantienen los accidentes

Aunque en la última década haya descendido el número de fallecidos en el asfalto, los siniestros no se han reducido. Es más, en el caso de los accidentes con víctimas –tanto fallecidos como heridos– las cifras apuntan a un ligero ascenso: de 91.187 siniestros en 2005 a 91.570 en 2014.

“Los accidentes se siguen produciendo, aunque las consecuencias mortales se han reducido”, puntualiza a Sinc Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. Las causas son las mismas que han provocado el estancamiento de la mortalidad vial: mayores desplazamientos por la mejora de la economía, falta de inversión en infraestructuras y la antigüedad del parque automovilístico.

Desde el Real Automóvil Club de España (RACE) apuestan por un plan PIVE –ayuda pública para comprar un automóvil nuevo y jubilar el viejo–, que se amplíe a las motos y a vehículos con menos de tres años de antigüedad. “La gente no tiene dinero para comprarse un coche nuevo pero si le das la opción de, con algún tipo de ayuda, adquirir uno de tres años, se comprará uno equipado con ESP, y solo con ese sistema [de control de estabilidad] se estarían salvando cientos de vidas en España”, asegura Sinc Antonio Lucas, jefe de prensa y publicaciones del RACE y miembro del Comité de Divulgación de la DGT.

3. Alcohol y drogas al volante

Control de alcoholemia de la Guardia Civil. / Pixabay

En estos diez años, el 9% de las sanciones en los permisos ha sido por abuso de alcohol y drogas por parte de los conductores. Entre ellos, el 34% circulaba con más del doble de la tasa permitida, lo que les supuso la pérdida máxima de puntos en una infracción. Si superan los 0,60 miligramos de alcohol por cada litro de aire, la infracción pasa a ser delito tipificado en el Código Penal.

El principal problema que denuncian los expertos es que las sanciones administrativas (por valores inferiores a 0,60mg/L) no conllevan consecuencias penales, y ocurre lo mismo a la inversa. “Está mal engarzado el sistema de pérdida de puntos por infracciones administrativas y por el ámbito penal. Por ejemplo, una persona que cometa hoy un delito de seguridad vial por alcoholemia, no le afecta a su saldo de puntos”, denuncia Arnaldo.

Desde la DGT admiten que el sistema para controlar el consumo de alcohol y drogas al volante no está funcionando bien. “La respuesta que se está dando desde el sistema punitivo a personas que tienen problemas con alcohol y drogas falla. En otros países son bastante más intolerantes con este tipo de conductas”, reconoce Villalba.

4. Límites a la velocidad

El exceso de velocidad ha sido la principal causa de pérdida de puntos en este decenio, en un 46% de las sanciones impuestas. Tres cuartas partes de estas infracciones correspondieron a excesos entre 121 y 150 kilómetros por hora, que supusieron una multa de 100 euros, sin pérdida de puntos. En el caso de superar el límite en 60 km/h en vía urbana o en 80 km/h en interurbana, el Código Penal lo considera delito. El exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas fueron las infracciones que más puntos restaron a los conductores noveles.

Según cálculos de la DGT, conducir a una velocidad adecuada reduciría una cuarta parte el número de fallecidos en accidentes, por eso, desde el organismo se plantean bajar los límites actuales. “Reduciendo los límites de velocidad en ciudad y en carreteras convencionales se consigue pacificar el tráfico, y una de las consecuencia es que disminuyen los accidentes, que es nuestro objetivo”, avanza Villalba.

Conducir a la velocidad adecuada reduciría un 25% el número de muertes en carretera, según cálculos de la DGT. Imagen: Sinc

5. Cambio de mentalidad

Para muchos expertos, el mayor logro del carné es que ha cambiado la mentalidad de los automovilistas, al conducir con mayor precaución por miedo a perder puntos y sufrir sanciones económicas. “La movilidad es libertad y el permiso por puntos te advierte que, si no cumples las normas, vas a perder eso que tanto valoras: la movilidad”, afirma Lucas.

Este cambio ha conseguido que muchos conductores, en cuanto se suben al vehículo, hayan interiorizado numerosos hábitos saludables. “Hasta entonces, algo tan sencillo como abrocharse el cinturón de seguridad, usar el casco o colocar a los niños con sistemas de retención infantil era una continua lucha y no se conseguía”, recuerda a Sinc Ana Novella, presidenta de STOP Accidentes.

6. Diferencias entre generaciones

El temor que experimentaron los automovilistas en 2006 desapareció en los que nacieron a partir de los noventa. Criados con el permiso por puntos, son una generación mucho más relajada que las anteriores, algo que, en opinión de los expertos, puede ser peligroso, al bajar la guardia ante los accidentes.

“Hay una generación que ha crecido con el carné por puntos y que no entiende, precisamente, que este permiso cambiaba algo en su momento. Por lo tanto, es ahí donde tenemos que trabajar, en esa nueva generación”, mantiene Lucas.

No son ni los jóvenes ni los ancianos los más amonestados, sino la franja entre los 35 y los 44 años

Desde la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DÍA consideran que no solo los jóvenes, sino todos los conductores se han acostumbrado al permiso por puntos y ha dejado de preocuparles la pérdida del crédito. Una franja de edad importante es la de los más veteranos. “El censo de conductores envejece y eso conlleva que su formación esté deteriorada: ganan en experiencia pero pierden en conocimientos ya que no existe un reciclaje o una actualización de conocimientos de la normativa en materia de tráfico”, advierte Eugenio Martín, responsable de seguridad vial de la asociación.

En cuanto a la pérdida de puntos, no son ni los más jóvenes ni los ancianos los más amonestados; la franja de conductores que acumula el mayor número de sanciones es la comprendida entre los 35 y los 44 años, con el 26% de las infracciones, seguida del grupo de entre 25 y 34 años, con un 25%.

Gracias al carné por puntos, muchas personas se han concienciado de la necesidad de llevar a los niños protegidos mediante sistemas de retención adecuados en los vehículos. Imagen: Pixabay

7. Reciclaje de conocimientos insuficiente

Una de las principales características del carné por puntos es que su pérdida parcial o total implica que los titulares asistan a cursos de recuperación, obligatorios si se pierde el saldo de la licencia. Desde que entró en vigor, 503.291 conductores han recibido estas sesiones sobre seguridad vial, un 44% por recuperación parcial y un 56% por recuperación total. Dentro de este segundo grupo, el 55% de los alumnos fue por sentencia judicial –que también obliga a recibir el curso para recuperar el carné– y el 45% restante, por agotar todos los puntos.

La diferencia entre ambas modalidades está en el número de horas –12 los parciales y 24 los totales– y en que los que implican recuperar la licencia de conducir llevan aparejado un examen de conocimientos en cualquier Jefatura Provincial de Tráfico. Para expertos en el sector, los cursos no son eficientes y debería liberalizarse su puesta en marcha, que funciona a través de una concesión a la Confederación Nacional de Autoescuelas de España y al Real Automóvil Club de Cataluña. “Yo puedo obtener el carné de conducir en miles de autoescuelas pero recuperarlo solo en 200”, compara Arnaldo.

Los colectivos de víctimas de accidentes a veces participan en estas sesiones contando sus experiencias, algo que, para algunas, no es suficiente. “Los cursos deberían incorporan prácticas o trabajos en asociación de víctimas para adquirir una mayor concienciación sobre las consecuencias de una conducción imprudente”, propone a Sinc José Ramón del Pino Gómez, vicepresidente de la Federación Nacional ASPAYM (Asociación de personas con lesión medular y grandes discapacitados físicos).

8. Educación vial: la asignatura pendiente

Aunque, en cierta manera, haya cambiado la mentalidad de los conductores, la gran asignatura pendiente en España es la educación vial y la concienciación.

“Ahora más que nunca es muy importante no bajar la guardia y seguir trabajando en la concienciación ciudadana, un aspecto clave, ya que no hay que olvidar que el factor humano está detrás de entre el 70% y el 90% de los accidentes de tráfico con víctimas”, recuerda a Sinc Francisco Valencia, director general de la Fundación Línea Directa. Desde su punto de vista, el carné por puntos está experimentando un cierto agotamiento, como pasó en Francia.

“Hemos pedido que haya una asignatura de seguridad vial en las escuelas, desde infantil", dicen desde STOP Accidentes

Las víctimas ponen el foco en los más pequeños. “Hemos pedido y reivindicado continuamente que haya una asignatura de seguridad vial en las escuelas, desde infantil. Cuando nacemos ya nos mezclamos con el tráfico rodado y debemos aprender a crecer con él”, recalca la presidenta de STOP Accidentes.

Desde la DGT son conscientes de esta carencia educativa y están barajando fórmulas para que la educación sume en el carné por puntos. Por ejemplo, si hay niños y niñas que se preocupan porque sus progenitores conduzcan mejor, y padres que enseñan a sus hijos comportamientos más seguros, eso podría incluirse en el permiso y “recompensar a los padres con algún punto extra si se cumplen determinados requisitos", propone Villalba.

9. Dispositivos electrónicos a bordo

El 10% de los conductores que han perdido puntos en esta década ha sido por utilizar el teléfono móvil o dispositivos de sonido mientras conducía. Según un reciente estudio de RACE, BP y Castrol, el 58% de los automovilistas se ha distraído manipulando elementos en sus coches. Las acciones que más distraen son acceder a internet, manejar el GPS, intentar sincronizar dispositivos con el vehículo y buscar objetos en la guantera, según los conductores.

Recuperar la atención tras haber usado un dispositivo de manos libres puede llevarnos hasta 27 segundos, lo que se tarda en recorrer tres campos de fútbol a unos 40 kilómetros por hora, tal y como apunta otro trabajo de la Universidad de Utah (EEUU).

El 10% de los conductores que han perdido puntos ha sido por utilizar el teléfono móvil o dispositivos de sonido mientras conducía. Imagen: Pexels

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“Hace diez años nadie pensaba que el uso de las redes sociales podía afectar tanto a la seguridad vial. Hoy en día está demostrado que manipular los dispositivos móviles al volante es una de las causas más importantes de accidentalidad”, señala Villalba. Desde la DGT confirman que tendrán en cuenta los avances de los dispositivos electrónicos y cómo afectan a la conducción en los cambios que implementen en el permiso por puntos.

10. Reincidentes y sin licencia

Otra de las asignaturas pendientes del sistema es reducir la cifra de conductores que cometen infracciones una y otra vez, o que incluso conducen sin tener el permiso. En estos diez años, 2,6 millones de automovilistas han sido sancionados en dos o más ocasiones por cometer infracciones que llevan aparejada la pérdida de puntos.

“Un conductor que pierda todos los puntos debe dejar de conducir de forma inmediata, sin esperar a la incoación del procedimiento sancionador”, aduce Martín. Así ocurre en países como Francia, pero no en España. De los 214.150 conductores que perdieron todos sus puntos en este decenio –el 1% del total–, 8.759 agotaron su saldo dos veces y 219, tres veces o más.

“Estamos convencidos de que hay otros tantos que ya no vuelven a los cursos y conducen sin carné”, alerta la presidenta de P(A)T. Lo que proponen desde la asociación es que estas personas, una vez localizadas, convivan con víctimas de accidentes para que vean lo que implica un suceso así y cambien su actitud o no vuelvan a coger un volante. “Conducir no es un derecho, es un permiso y hay que demostrar que puedes hacerlo sin dañar a nadie”, concluye Doménech.

Fuente: SINC
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