El sistema inmune también envejece. Y lo hace porque las células que defienden al organismo de infecciones y tumores acumulan “demasiada memoria” y pierden la capacidad de especializarse contra nuevas amenazas. ¿Cómo contrarrestar este proceso, que comienza en torno a los 30 años? Ésta es una de las preguntas sobre las que trabaja la Unidad de Histocompatibilidad del Hospital Universitario Central de Asturias.
Como explica Carlos López Larrea, coordinador de esta unidad de investigación, gran parte de las células que componen el sistema inmunitario actúan como peones que se han especializado en responder a una amenaza concreta (mediante linfocitos de memoria). Y, según pasan los años, el timo, la glándula en la que se generan los linfocitos naive (linfocitos vírgenes) va perdiendo progresivamente su capacidad de generar nuevos “peones” aún sin especializar.
Por qué envejecen las defensas
Y si el recuerdo puede convertirse en un lastre para los soldados, lo es para el sistema inmune: Cuando éste envejece (inmunosenescencia), lo hace porque casi todos sus linfocitos son de memoria: “Casi todos están comprometidos en respuesta a virus como el Citomegalovirus, que están presentes en todas las personas. Con el paso de los años, el sistema inmune está más comprometido, por lo que se limita su capacidad para responder a nuevas amenazas como infecciones y tumores” explica López Larrea.
Una de las líneas que aborda el Grupo en este campo consiste en intentar “reprogramar” el timo para conseguir que con la edad no deje de producir linfocitos vírgenes. Y un enfoque alternativo en el que están implicados estos investigadores consiste en buscar vías para reprogramar directamente células que componen el sistema inmune. “En todo caso, veremos si podemos recuperar ciertas funciones que las defensas habían perdido, lo que podría tener aplicaciones terapéuticas en el campo de enfermedades autoinmunes, de las enfermedades infecciosas y de la defensa frente a tumores”, indica López Larrea.
Defensas y transplantes
La dilatada experiencia de estos investigadores en el campo de los antígenos (moléculas que producen la respuesta de los anticuerpos) y los transplantes les ha llevado a liderar una de las líneas de investigación del Plan Estratégico de REDinREN, la Red de Investigación Renal que financia el Ministerio de Sanidad y gestiona el Instituto de Salud Carlos III.
Esta investigación profundizará en una observación de los investigadores del HUCA: la activación extra del sistema inmune que conlleva un transplante favorece el envejecimiento del sistema inmune o inmunosenescencia. En palabras de López Larrea, que ha organizado recientemente en Oviedo junto a Francisco Ortega (Coordinador del Servicio de Nefrología del HUCA) el I simposium sobre Avances en Inmunología del Transplante, “parece que el transplante produce una menor longevidad en pacientes de elevada edad, por lo que es necesario valorar el estado de cada paciente y qué precio va a suponer el nuevo órgano para su organismo”. Además de intentar desentrañar la relación transplante-envejecimiento en personas de edad avanzada, estos investigadores también observarán el mismo fenómeno en pacientes jóvenes.
Por otra parte, este grupo trabaja sobre la posibilidad de las células madre de convertirse en los ladrillos de cualquier tejido del cuerpo, una propiedad que ha fascinado a la ciencia. Pero su capacidad para tomar cualquier forma no implica que los organismos que las reciben las toleren. Por eso, modificar las propiedades de las células madre antes de que se diferencien para lograr una especie de células universales que acepten como propias distintos tejidos es otro de los avances que persiguen los investigadores de la Unidad de Histocompatibilidad. López Larrea no ha querido dejar de destacar la ayuda económica que le ha brindado Obra Social de Cajastur en estas líneas de investigación.
Bacterias y envejecimiento
En una reciente diversificación de su trabajo relacionada con el envejecimiento del sistema inmune, López Larrea coordina una de las dos vertientes del Primer Proyecto Estratégico de Investigación del Centro Nacional de Competencia de la Leche, que cuenta con financiación del PCTI del Principado. Este investigador coordinará la búsqueda de efectos beneficiosos de la bacteria L.bulgaricus como posible ralentizador del envejecimiento del sistema inmune.
El trabajo, que también estudiará los posibles efectos beneficiosos de la bacteria sobre el metabolismo óseo, se plantea como posible dinamizador de la economía asturiana. En este sentido, según cita la Plataforma SINC a Herminio Sastre, Viceconsejero de Ciencia y Tecnología: “si el proyecto de investigación se lleva a cabo con éxito, existe el compromiso de desarrollar las aplicaciones posteriores en Asturias”.
Más información:
La revista científica de impacto internacional Transplantation publicará próximamente las conclusiones del “I simposium sobre Avances en Inmunología del Transplante “, y entre ellas algunas relacionadas con el envejecimiento inmunológico. Este congreso nacional, que tuvo lugar en Oviedo el pasado mes y que organizaron los Dres. Carlos Lopez Larrea y Fco Ortega, Coordinador del Servicio de Nefrología del HUCA, permitió reunir en la capital asturiana a especialistas nacionales de referencia en este campo.