La salud mental de las mujeres invisibles

El ritmo frenético de las sociedades occidentales aumenta los casos de estrés, ansiedad y depresión en las mujeres. Pero, ¿qué ocurre en los países empobrecidos? Ellas también sufren estos trastornos, lo que difieren son las causas. El 4º Congreso Mundial sobre la Salud Mental de la Mujer, que se celebra estos días en Madrid, trata los problemas mentales de este colectivo tantas veces olvidado.

Ilustracion Salud mental
La mutilación del clítoris, las agresiones sexuales o los daños físicos y psicológicos afectan a todas las mujeres y también a los hombres del planeta. Ilustración: Irene Cuesta / SINC.

Cuando estalla una guerra, los grandes titulares se centran irremediablemente en el número de personas fallecidas, la cifra de desplazados y las pérdidas económicas. Detrás de estas cantidades, en silencio, se esconde un colectivo que también ve vulnerados sus derechos de forma flagrante: las mujeres.

En conflictos como Afganistán, Kosovo, Oriente Medio, Darfur, Rwanda, Libera, Congo o Bosnia, ellas sufren lesiones físicas, enfermedades de transmisión sexual (sífilis o sida) o embarazos fruto de violaciones. Pero nada se habla de los trastornos mentales que provocan estas catástrofes.

“Las víctimas padecen ansiedad, depresión, fobia social, trastornos del sueño y de la alimentación, sentimiento de culpa, pensamientos suicidas y adicción a sustancias tóxicas”, explica Ricardo Angora, psiquiatra del Hospital 12 de Octubre de Madrid y uno de los participantes en el 4º Congreso Mundial sobre la Salud Mental de la Mujer, celebrado estos días en Madrid.

La violencia sexual perpetrada en las guerras es ejercida por los combatientes de los diferentes bandos pero también por grupos insurgentes en el propio entorno social. “Esto provoca que la situación se extienda hasta dentro de las propias familias”, asegura Helena Trebau, psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos (HCSC) de Madrid.

Y es que en situaciones en las que desaparece la estructura del Estado, ¿cómo se puede proteger a estas mujeres? “Con la identificación de la población de riesgo: mujeres que viven solas con sus hijos, adolescentes y viudas”, señala Rosa Molina, psiquiatra también en el HCSC.

Los expertos proponen además establecer medidas de seguridad en los campos de refugiados y desarrollar campañas de educación a la población. “La violencia sexual en los conflictos armados se considera un crimen de guerra. El Tribunal Internacional de la Haya debe de perseguir a los culpables y enjuiciarlos”, añade Molina. En este sentido, la colaboración de las Naciones Unidas (ONU) resulta fundamental.

Delitos incluso en España

A la vulneración de derechos que sufren las mujeres en las guerras, hay que añadir las que padecen de forma constante en algunos países empobrecidos, como los países africanos. Es el caso de la mutilación genital femenina, tratada en el Congreso y que también se dan casos en España.

“Debido a las corrientes migratorias, se estima que existe un número significativo de mujeres en nuestro país que han sufrido esta mutilación”, afirma Lucía Gallego, psiquiatra del HCSC. La experta calcula que cerca de 10.000 niñas se enfrentan a este riesgo, “a pesar de que la legislación española lo considera delito”.

En el centro hospitalario, trabajan con un protocolo destinado a mujeres embarazadas para prevenir este tipo de mutilación en las futuras recién nacidas. Gracias a éste, en 2009 detectaron 11 casos de esta ablación de un total de 2.301. Las víctimas procedían de países subsaharianos y sus síntomas eran infección urinaria, dolor, dispareunia (coito doloroso) o miedo a la infertilidad.

Tras la aplicación del protocolo, el 82% de las pacientes rechazó la mutilación para sus hijas. Sin embargo, ante los tres millones de niñas en riesgo en todo el mundo, la psiquiatra asegura que no hay que bajar la guardia porque “todavía nos queda mucho por hacer para su completa erradicación”.

La mutilación del clítoris, las agresiones sexuales o los daños físicos y psicológicos afectan a todas las mujeres y también a los hombres del planeta porque convierten, al ser humano que las comete, en la mayor vergüenza de la especie. Ocurran donde ocurran.

Fuente: SINC
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