En 2015 la NASA lanzó una campaña publicitaria destinada a promocionar las excelencias turísticas de varios exoplanetas, mundos exteriores a nuestro sistema solar. Naturalmente, no era una campaña turística real, sino divulgación científica con recursos imaginativos. Esta es la historia de aquella curiosa iniciativa.
55 Cancri e, también llamado Janssen, es un planeta mayor que la Tierra. Su principal peculiaridad es que la cercanía a su sol lo castiga con un calor achicharrante de más de 2 700 grados, lo que hace de su superficie un océano global de roca fundida. La Oficina de Viajes a Exoplanetas de la NASA barajó opciones para su promoción turística, y finalmente eligió una idea: globos volando sobre la lava y sobre los barcos que navegan en ella. Así los visitantes disfrutarían del panorama del mar ardiente y de los chispazos en las nubes de silicato evaporado.
Aunque dicha campaña se lanzó en 2015, aún nadie ha viajado a 55 Cancri e. Y nadie lo hará jamás: incluso aunque este planeta fuese otra cosa que un infierno inhabitable, se sitúa a 41 años luz de nosotros, una distancia insalvable. Claro que esto no es obstáculo para que la Oficina de Viajes a Exoplanetas haga su trabajo; aunque, como es lógico, no se trata de una campaña turística real, sino de una ingeniosa estrategia de divulgación científica, tan exitosa que perdura como ejemplo de colaboración entre ciencia, arte y comunicación.
En 1992 se confirmó el primer planeta fuera del sistema solar, que orbita en torno a un púlsar. Tres años después, 51 Pegasi b se convertía en el primer exoplaneta en una estrella similar al Sol, un hallazgo que les valdría un Premio Nobel a sus descubridores, Michel Mayor y Didier Queloz. Hoy se conocen más de 6 000 exoplanetas, y de los parámetros que estudian los científicos se deducen mundos muy diversos y sorprendentes.
Póster de 51 Pegasi b: "Saludos de tu primer exoplaneta". / NASA-JPL/Caltech
Pero así como los medios tecnológicos actuales permiten a los investigadores obtener imágenes espectaculares del espacio profundo o de lugares como Marte, los exoplanetas no se observan directamente, sino que su existencia y sus características se extraen de mediciones. Salvo ilustraciones artísticas y algún raro caso de una fotografía telescópica que no es más que un punto borroso junto a una estrella, no existen imágenes de exoplanetas.
Esta carencia de un cebo visual “es un desafío conocido para la comunicación de la ciencia exoplanetaria al público general”, destaca la escritora y cineasta Ceridwen Dovey, investigadora de la Universidad Macquarie en Australia.
Dovey ha publicado un artículo que analiza cómo la NASA lanzó una colaboración entre científicos y artistas para divulgar la ciencia de los exoplanetas mediante pósteres y otros materiales, como tours virtuales y plantillas para colorear, que presentan siete de ellos en forma de destinos turísticos.
En el proyecto de la Oficina de Viajes a Exoplanetas participaron científicos exoplanetarios en estrecha colaboración con nueve artistas, diseñadores e ilustradores. Joby Harris, estratega visual en el Designlab del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y uno de los artífices de los pósteres, cuenta que para las ilustraciones se optó por un estilo vintage de “fantasía retrofuturista” inspirado en una campaña lanzada en la década de 1930 por la Works Progress Administration (WPA) de EE UU para promocionar el turismo en los parques nacionales de aquel país después de la Gran Depresión de 1929.
Póster de PSO J318.5-22: "Visite el planeta sin estrella, ¡donde la vida nocturna nunca acaba!" / NASA-JPL/Caltech
Según Harris, aquellos pósteres “se crearon cuando la fotografía en color no estaba muy avanzada, para capturar la belleza de los parques nacionales desde una perspectiva humana”, e “hicieron un gran trabajo transmitiendo un sentimiento sobre un destino lejano”. Aunque los exoplanetas, a diferencia de los parques nacionales, no son ni serán nunca visitables, esta “parecía una manera perfecta para ayudar a la gente a imaginar estos mundos nuevos y extraños”.
A través de sesiones de tormenta de ideas, reuniones y revisiones, Harris y sus colaboradores interactuaron con científicos e ingenieros para dar forma a cada una de las propuestas. La primera idea para 55 Cancri e fue mostrar un tren que llevara a los visitantes a contemplar una cascada de lava. Pero cuando los científicos aclararon que probablemente no haya suelo sólido en aquel planeta, se decidió en su lugar ilustrar un viaje aéreo sobre el océano de magma. La chispeante atmósfera de silicato evaporado ofrecería a los visitantes un aliciente más.

Parecía una manera perfecta para ayudar a la gente a imaginar estos mundos nuevos y extraños

51 Pegasi b fue otro de los incluidos en la campaña, destacado por su condición de primer exoplaneta y presentado mediante postales o pegatinas al estilo de las que antiguamente decoraban las maletas de los viajeros. Para PSO J318.5-22, un planeta sin estrella en permanente oscuridad y “donde la vida nocturna nunca acaba”, según el lema elegido, se representaron figuras humanas de fiesta con aire art déco e influencias de El gran Gatsby.
Póster de HD 40307 g: "Experimente la gravedad de HD 40307 g, una supertierra". / NASA-JPL/Caltech
De HD 40307 g, un planeta ocho veces más pesado que el nuestro, se subrayó la experiencia de una zambullida atmosférica bajo la potente gravedad de una supertierra donde la caída es un 36 % más rápida que en la Tierra. Otro exoplaneta, Kepler-16b, se ilustró como “la tierra de los dos soles, donde tu sombra siempre tiene compañía”. En 2011 este mundo fue el primero confirmado con dos soles, por lo que recibió el sobrenombre de Tatooine, el hogar de Luke Skywalker en Star Wars, aunque en realidad es muy diferente: es un gigante gaseoso del tamaño de Saturno.
Si bien los cinco planetas anteriores son claramente incompatibles con la vida humana, la campaña incluyó también dos mundos en zona habitable, una distancia a sus respectivas estrellas donde podría existir agua líquida y quizá vida. TRAPPIST-1e es el cuarto de siete planetas de tamaño terrestre, tan apiñados en torno a su estrella enana roja que los demás se verían como enormes lunas en el cielo. Por último, Kepler 186-f, algo mayor que la Tierra y también iluminado por una enana roja, se imagina poblado de hierba de ese mismo color.
Póster de Kepler-16b: "Relájese en Kepler-16b, la tierra de los dos soles, donde su sombra siempre tiene compañía". / NASA-JPL/Caltech
La campaña fue todo un éxito viral, como repasa Dovey en su trabajo: su repercusión online fue muy notoria, presentándose además no solo en foros científicos especializados, sino también en eventos populares de cultura digital como SXSW y Comicon. La idea se extendió después a una serie denominada Visiones del futuro que incluye otros mundos de nuestro propio sistema solar. Aparte de distinguirse como un modelo de colaboración entre ciencia y arte donde la primera ha inspirado al segundo, Dovey explica cómo la inspiración ha sido mutua, ya que los artistas han abierto a los científicos nuevas perspectivas de investigación.
Póster de TRAPPIST-1e: "Saltos de planeta desde TRAPPIST-1e, votada la mejor vacación en zona habitable, a 12 pársecs de la Tierra". / NASA-JPL/Caltech
Por ejemplo, la representación de los visitantes sobrevolando la lava de 55 Cancri e en una burbuja protectora adosada a un globo aerostático estimula la imaginación científica hacia la idea de una carcasa refrigerante que pudiera permitir un viaje semejante. Según Dovey, el proceso creativo fue “un continuo ir y venir entre artistas y científicos” destinado a convertir estos mundos, tan lejanos y conocidos solo mediante datos que los dejan casi en un plano abstracto, en lugares imaginables, tangibles.

El proceso creativo fue un continuo ir y venir entre artistas y científicos

Así, la campaña de la Oficina de Viajes a Exoplanetas de la NASA ha espoleado la curiosidad del público con lugares imposibles. Antiguamente los relatos de los exploradores y viajeros alimentaban la imaginación con destinos exóticos inalcanzables para la mayoría. Hoy ya no existe la terra incognita en nuestro planeta, pero hay otros millones de mundos de los que solo estamos empezando a saber. Y aunque jamás vayamos a poder visitarlos, nos gusta soñar con ellos.
Referencia:
Dovey, C., "Imagining exoplanets as destinations: a case study of artist-scientist collaborations on NASA's iconic Exoplanet Travel Bureau posters", Journal of Science Communication (2025)