Un estudio español apunta un incremento entre el 26 y el 103 % del riesgo de cáncer colorrectal en personas que viven cerca de determinadas fábricas. El trabajo refuerza la necesidad de que se realicen investigaciones más detalladas sobre la evaluación de la exposición a determinados contaminantes industriales.
Un estudio en militares retirados estadounidenses revela una desproporción de contagios de las minorías raciales y étnicas, incluso cuando se ajustan variables como los problemas previos, historial de medicamentos y tipo de residencia. Los autores creen urgente desarrollar estrategias para contener el virus en estas comunidades, cuyos determinantes sociales afectan a la salud.
La utilización generalizada de cubrebocas parece limitar la cantidad de partículas de virus que llegan a su portador, lo que podría reducir la gravedad de la enfermedad y la tasa de nuevos contagios. La idea, aún no confirmada, se basa en una técnica de profilaxis utilizada con la viruela antes del descubrimiento de las vacunas.
Una veintena de especialistas en epidemiología y salud pública reclamaron en agosto que España llevara a cabo un examen de su respuesta ante la crisis sanitaria. Ahora, publican una segunda carta en The Lancet Public Health en la que ofrecen directrices para que la iniciativa tenga éxito. Consideran indispensable el apoyo y la implicación de los gobiernos central y regionales “en un país donde las tensiones políticas son altas”.
A pesar de que la población percibe que el uso del metro y el autobús conlleva un alto riesgo de contagio, las evidencias apuntan a que el peligro es bajo si se mantienen las medidas de higiene y salud. El uso de máscaras protectoras y la calidad del aire son esenciales junto con el distanciamiento físico, lo que plantea un reto: aumentar las frecuencias, sobre todo en horas punta.
Una nueva investigación liderada por Universidad de Santiago de Compostela concluye que B3a es el primer linaje del SARS-COV-2 que entró en España a través de la ciudad de Vitoria, y lo hizo en torno al 11 de febrero de 2020.
La saturación de muchos centros hospitalarios durante los primeros meses de la pandemia supuso la interrupción de pruebas programadas, consultas y cirugías. Expertos de varias sociedades médicas confirman el impacto en las personas con otras patologías, cuyo aumento de ingresos se une ahora al coronavirus.
En los siete meses de pandemia, pese a la falta de pruebas, los menores han sido considerados supercontagiadores. Estudios recientes han reactivado esta idea al detectar en ellos altas concentraciones de SARS-CoV-2. Sin embargo, esto no es sinónimo de una gran capacidad infectiva, explican los expertos.
Un estudio liderado por el Hospital Vall d’Hebron revela que la transmisión del SARS-CoV-2 de los menores de edad con covid-19 a los adultos con quienes conviven es baja. El trabajo se ha hecho a partir de 163 pacientes pediátricos, todos los que tuvieron un diagnóstico confirmado de la enfermedad durante el confinamiento.
La clave para contener al SARS-CoV-2 pasa por detectar y aislar a los infectados y sus contactos, pero es difícil hacer PCR de forma masiva y periódica. Acaba de aprobarse en EE UU un protocolo en muestras salivales mucho más barato y sencillo que el actual. En España se ensayan métodos similares que no son aún ideales, pero permitirían hacer pruebas diagnósticas a grandes grupos en escuelas y centros de trabajo.