Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que el ácido maslínico, presente en la hoja y cera de la piel de la aceituna, actúa sobre las células tumorales controlando sus alteraciones en los procesos de crecimiento. En la actualidad, la única planta de producción semi-industrial de esta sustancia a nivel semi-industrial que hay en todo el mundo se encuentra en la Facultad de Ciencias de la UGR.