Científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) participan en un proyecto de investigación europeo para el estudio de tratamientos contra la tuberculosis. Su objetivo es mejorar la tecnología de diagnóstico por imagen y desarrollar nuevos fármacos para esta enfermedad.
Ribosoma 50S que muestra el ARNr (amarillo). Imagen: Wikipedia
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Centro de Regulación Genómica (CRG) han descubierto que en células y tejidos sanos hay proteínas que surgen de combinar varios genes distintos. Este fenómeno se consideraba hasta ahora una rareza que sólo se daba en procesos anómalos, por ejemplo, el cáncer.
Científicos de la Universidad de Barcelona han descubierto un mecanismo que previene alteraciones en la formación de neuronas, un proceso denominado neurogénesis, durante el desarrollo del sistema nervioso de los vertebrados. El hallazgo, publicado en la revista Development, relaciona estas distorsiones con la presencia natural de una molécula inhibidora de la formación de neuronas en las regiones vecinas al tejido apto para la neurogénesis.
Durante 2011, el Centro de Transfusión de la CAM registró 186.611 donaciones de sangre. Imagen: SINC.
Izan (en el centro) posa con sus padres y hermanas y con la la doctora Isabel Badell (izquierda).
El Centro de Referencia Estatal (CRE) de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y Otras Demencias tiene entre sus cometidos la investigación en terapias no farmacológicas, es decir, tratamientos que buscan hacer más lento el desarrollo de estas patologías neurodegenerativas sin recurrir a medicamentos. Las nuevas tecnologías se han revelado como una gran herramienta para que los terapeutas puedan desarrollar sus intervenciones.
Un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa ha establecido la relación existente entre dos mecanismos neuronales asociados al daño cerebral agudo: la pérdida de colesterol en la membrana neuronal y la hiperestimulación sináptica. Este conocimiento supone un avance que podría ser útil en el tratamiento de traumatismos craneoencefálicos, infarto cerebral, epilepsia y alzhéimer.
Escherichia coli, bacteria que se encuentra en el intestino de muchos animales. Imagen: Wikipedia