¿Cómo navega la información por el cableado neuronal de quienes se comunican mediante lengua de signos? Al contrario de lo que pensaba, los idiomas signados activan las mismas áreas del órgano pensante que los orales, aunque con algunas diferencias. En San Sebastián, un equipo de investigadores indaga en los cerebros de los no oyentes para comprender cómo aprenden y producen el lenguaje.
Científicos de la Universidad Carnegie Mellon de EE UU han analizado las intervenciones de cinco candidatos a las elecciones presidenciales de 2016 en este país. En una escala del uno al doce, la mayoría de los aspirantes se expresan entre los niveles de grado gramatical que van del seis al ocho. Trump obtiene las puntuaciones más bajas.
Un estudio demuestra por primera vez que los bilingües se apoyan en indicadores no verbales –relacionadas con el contexto, como el conocimiento previo sobre el interlocutor– para anticipar el idioma en el que hablará la otra persona y así poder iniciar antes sus procesos de activación cerebral. No obstante, este mecanismo varía en función de la edad con la que el bilingüe ha aprendido el segundo idioma y el nivel que ha alcanzado.
Josefa Dorta es la responsable en Cuba y Canarias del proyecto Atlas Multimedia de Prosodia del Espacio Románico (AMPER), que busca crear el primer atlas interactivo de entonación de todas las lenguas románicas. En el marco de esta investigación ha publicado el libro Estudio comparativo preliminar de la entonación en Canarias, Cuba y Venezuela (2013, La Página Ediciones), en el que, con su equipo de investigación, analiza las similitudes y diferencias entre las distintas variedades del español habladas en estas zonas y sus raíces comunes.
Investigadores de Estados Unidos y Australia han desarrollado un ‘hedonímetro’ que permite analizar el contenido emocional del lenguaje. Tras estudiar 100.000 vocablos de 10 idiomas diferentes, han determinado que, en positividad, el español se sitúa a la cabeza de las lenguas.
El lugar de un idioma en las redes lingüísticas globales contribuye a la visibilidad de sus hablantes y los contenidos culturales que producen, mucho más que la riqueza de su país. Investigadores de EEUU y Francia lo han demostrado estudiando la estructura idiomática de tres redes: Twitter, Wikipedia y libros traducidos en varios idiomas. Tras el inglés, destacan el español, el alemán, el francés, el ruso, el portugués y el chino.
Entre los siglos XVII y XIX, 300.000 hombres y mujeres de África fueron llevados a Surinam (antigua Guayana Holandesa), donde aprendieron a reconocer la nueva flora para sobrevivir. Ahora, un equipo de investigadores ha rastreado la historia de esta adaptación a través de las palabras. Al comparar el nombre de 2.350 plantas en lenguas afro-surinamesas y africanas, han observado conexiones en el sonido, la estructura y el significado. El Nuevo y el Viejo Mundo han quedado unidos por los nombres de sus plantas.
La producción y distribución del aguardiente de vino en Chile y Perú, conocido como pisco, constituyó una de las principales actividades económicas en América del Sur desde la colonización española y dejó una huella en la denominación de muchas localidades de estos países y de la vecina Argentina. A pesar de que los poderes políticos siempre intentaron imponer nombres asociados a su ideología, en muchos casos ha prevalecido la toponimia vinculada al pisco.
Un estudio on line liderado por elBasqueCenter on Cognition, Brain and Language revela que las personas mayores conocen más palabras en español que la gente joven. El estudio se basó en un experimento en el que han participado más de 200.000 personas de 131 países diferentes.
Una investigación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) demuestra que, para aquellas personas que están empezando a estudiar alemán, Twitter es una herramienta útil, puesto que mejora la competencia escrita. Además, la red social promueve la espontaneidad y la solidaridad entre los estudiantes.