Hoy en día no es necesario estar en un laboratorio para hacer ciencia. Es más, se puede contribuir sentado cómodamente en el sofá de casa. Cualquier persona puede poner su cerebro y su tiempo a disposición de los científicos y colaborar con todo tipo de investigaciones, participando en lo que se conoce como ciencia ciudadana.
Las diferencias culturales de cada país tienen gran influencia en los ejecutivos que hacen los balances de las compañías, con independencia de las leyes de cada lugar. Esta es la conclusión de una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid que indica, además, que esa es una de las razones por las que en España se manipula más la contabilidad que en otros estados.
China introdujo en 1979 una medida de control de la natalidad por la que las parejas tan solo deben tener un hijo. Científicos de tres universidades australianas explican en un estudio publicado en Science que esta medida ha afectado a la personalidad de estos “pequeños emperadores”.
Un estudio realizado desde la Universidad de Sevilla, tras analizar diez series de dibujos animados, ha determinado que las niñas andaluzas no detectan determinadas situaciones de maltrato psicológico y simbólico en el género femenino que aparecen en series de dibujos animados.
Al elegir a un líder para puestos que suelen ostentar mujeres, las personas votan por los candidatos o candidatas con voces más graves. Un estudio que publica la revista PLOS ONE analiza el papel del tono de voz en la sociedad y muestra que, en el caso de las mujeres, estas se decantan por las féminas con tono de voz bajo pero no discriminan entre las voces de hombres.
Comunicar bien la información sobre alertas alimentarias, como el brote de Escherichia coli en Alemania o la contaminación radiactiva de alimentos tras el accidente de Fukushima, resulta esencial en su gestión. Así lo refleja el último Informe SAM correspondiente a 2011 y promovido por la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria y el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universitat Pompeu Fabra.
Cada vez menos jóvenes leen prensa escrita. Imagen: Abhisek Sarda
Una investigación de la Universitat Jaume I de Castellón corrobora el descenso del consumo de prensa escrita de los jóvenes de entre 16 y 30 años. Tan solo un 28,8% lee diarios. Además, tres de cada cuatro personas de este rango de edad usa para informarse las redes sociales, que superan a la televisión.
La serie de Telecinco Sin tetas no hay paraíso es la que tiene un contenido más violento de entre las cinco que analiza un estudio de la Universidad de Sevilla publicado en la revista Comunicación. Los criterios para elegir las series fueron la audiencia y que fueran consumidas por un público joven.