Las temperaturas elevadas, como las del interior de un coche en verano, y los ciclos de carga rápidos acortan la vida de las baterías, cuyo rendimiento también depende de su composición y diseño técnico. Dos investigadoras de España y Francia repasan en la revista Science el estado del arte de estos acumuladores imprescindibles para multitud de dispositivos electrónicos.
Investigadores de la Universidad de Almería han utilizado una metodología que detecta, en tiempo real, las cantidades de los ingredientes de los zumos durante el proceso de elaboración. De esta forma, la composición del jugo se puede modificar hasta obtener un producto con las características adecuadas.
Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han liderado un trabajo que ha conseguido un objetivo difícil de alcanzar: medir las propiedades electromagnéticas de materiales biológicos al nivel de células bacterianas individuales y a frecuencias muy altas (gigahercios).
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid estudian las posibilidades de la producción de energía mediante energía solar desde una perspectiva novedosa en busca de la rentabilidad de las instalaciones sin subvenciones.
Un equipo internacional de físicos y biólogos, en el que han participado investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, ha conseguido evaluar la carga eléctrica de diversas partículas víricas individuales en agua, midiendo la repulsión electrostática entre la punta nanométrica de un microscopio de fuerzas atómicas y un virus. Los resultados revelan que la carga eléctrica de estos microorganismos depende de su naturaleza estructural y la presencia o ausencia del ADN y ARN en el interior.
Con una molécula de ftalocianina, unos pocos átomos de indio –un metal poco abundante– y la ayuda de un microscopio de efecto túnel se puede construir un nanotransistor. Así lo demuestra un estudio internacional en el que un español del instituto Paul-Drude de Berlín figura como primer autor. El científico también ha creado una aplicación web interactiva para que cualquiera pueda reproducir sus experimentos.
Las llamadas 'narices electrónicas' usan la nanotecnología y la inteligencia artificial para detectar y clasificar, a partir del olor, determinadas sustancias, como los gases contaminantes presentes en el aire. En este contexto, investigadores de la Universidad de Extremadura han diseñado un programa para gestionar de forma óptima y remota la información que se genere desde estos dispositivos.
Un equipo de investigadores europeos, liderado por un español desde la Universidad de Cambridge, ha creado un dispositivo electrónico tan preciso que puede detectar la carga de un solo electrón en menos de un microsegundo. Lo han bautizado como ‘sensor de puerta’ y se podría aplicar en los futuros ordenadores cuánticos para leer la información almacenada en la carga o el spin de un único electrón.
Chip de silicio con el que se ha diseñado el sensor de puerta. / Hitachi Cambridge Laboratory et al.