Los convertidores de energía olamotriz, la que se genera por el movimiento de las olas del mar, no están adaptados al aumento de energía registrado en el último siglo. Así lo recoge un estudio de investigadores de la Universidad del País Vasco y el Centro de Investigación de Energía Marina de Irlanda, país donde se han analizado los datos y se ha detectado un incremento de más del 40% en el nivel de energía marina.
Científicos de la Universidad Carlos III de Madrid han diseñado y patentado un sistema de control para los aerogeneradores de parques eólicos marinos que permite realizar la conexión eléctrica con la costa de una manera más sencilla, flexible y económica que las soluciones actuales.
Por primera vez, un equipo internacional de expertos ha sido capaz de generar y medir un pulso de attosegundo, es decir, la trillonésima parte de un segundo, aislado y con polarización circular. Ser capaces de controlar un láser con esa precisión abre nuevas posibilidades de interactuar con la materia, porque algunas moléculas reaccionan de forma distinta según la polarización de la luz. En concreto, se pueden desarrollar nuevos fármacos y tecnología relacionada con materiales magnéticos.
Investigadores de la Universidad de Granada han diseñado un sistema de señalización luminosa para iluminar torres o edificios altos que pueden afectar al tráfico aéreo. Una de sus ventajas es que la fuente luminosa se instala en el suelo, por lo que los operarios eliminan los riesgos de trabajar en altura.
Científicos de la Universidad de Michigan han creado un sistema con hidrogeles que imita a las células de la anguila eléctrica encargadas de producir las descargas. El avance se podría aplicar para generar energía en robots blandos y en implantes dentro del ser humano.
Un equipo cintífico ha logrado desarrollar una célula fotovoltaica un 14% más eficiente gracias al magnetismo de sus contactos. El dispositivo es también capaz de proporcionar directamente corriente alterna.
En septiembre de 1859, una gran erupción solar causó la tormenta geomagnética más violenta conocida hasta ahora, llamada la fulguración de Carrington, que anuló los sistemas de telegrafía de la época. En la actualidad, satélites, líneas eléctricas, transportes y sistemas de comunicación y posicionamiento son algunos de los recursos tecnológicos que podrían colapsarse a causa del impacto de las tormentas geomagnéticas sobre la Tierra. Un nuevo trabajo mejora las predicciones de la vulnerabilidad de la red española de transporte eléctrico.
Científicos españoles y británicos han logrado controlar de manera muy precisa la dirección de oscilación de luz ultravioleta y rayos X, lo que abre la puerta a avances en microscopía y nanomagnetismo. Manejar las propiedades de la luz visible o infrarroja era sencillo, pero suponía todo un reto conseguirlo en longitudes de onda más cortas como ahora.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y otros centros españoles han logrado un mayor control sobre las propiedades de la perovskita híbrida de metilamonio, un material alternativo a las caras tecnologías que se usan en la fabricación de células solares.
Investigadores de las universidades Rovira i Virgili, en Tarragona, y la Tecnológica de Brno, en la República Checa, han creado materiales tridimensionales a escala nanométrica con buenas propiedades fotoelectroquímicas para producir energía. El avance se centra en la descomposición fotoelectroquímica del agua para generar hidrógeno con la ayuda de óxidos de tungsteno, titanio y aluminio.