Envases que mejoran la barrera al oxígeno un 400%; nuevos materiales que aumentan las propiedades térmicas, tan necesarias en la conservación del alimento; antioxidantes naturales incorporados al film que protege el producto, aumentando su vida útil y tiempo de consumo, nanosensores que permiten la detección de gérmenes en el envase, nuevos sistemas de información para el consumidor incorporados mediante nanochips al envase, etc. Son algunas de las últimas aplicaciones industriales en las que AIMPLAS y ainia están trabajando.
AZTI-Tecnalia, centro tecnológico especializado en investigación marina y alimentaria, está investigando el aprovechamiento de los subproductos derivados del procesado de cítricos y trigo para crear nuevos productos alimentarios y piensos para acuicultura. Esta investigación se lleva a cabo dentro de un consorcio de empresas y centros tecnológicos de Europa e India y cuenta con la financiación del 7º Programa Marco Europeo.
Un proyecto pionero de investigación trata de encontrar nuevos ingredientes que actúen sobre la regulación del apetito y la obesidad, principalmente a partir de productos alimentarios como cereales, frutas, leguminosas y aceitunas.
Cada año se tiran más de medio millón de toneladas de residuos de cebolla en la Unión Europea, pero según los científicos se podrían aprovechar como ingredientes alimentarios. La piel marrón y las capas externas son ricas en fibra y flavonoides, y los bulbos que se descartan contienen compuestos azufrados y fructanos. Todas son sustancias beneficiosas para la salud.
Un investigador de la Universidad de Vigo Ángel Dacal ha presentado un sistema de procesamento de imagen y visión hiperespectral para el control de la calidad de la patata. El sistema permite inspeccionar de una manera no destructiva toda la producción de patatas, no solo una muestra, y detectar problemas externos en los tubérculos como la sarna común, el verdeo y la podredumbre seca, y enfermedades internas como el corazón hueco.
La piel marrón y las capas externas de la cebolla son ricas en fibra y flavonoides.
Un estudio del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) revela un aumento entre la población española del consumo de productos ganaderos respetuosos con el bienestar animal. Según la investigación, los consumidores defienden que estos alimentos son mejores para la salud y protegen el medio ambiente.
La fresa no es del todo lo que parece. Aunque se le considere comúnmente una fruta, en realidad es un racimo. Agrupados en una estructura carnosa llamada eterio, se distribuyen los verdaderos frutos de la planta, los aquenios. Corresponden a los pequeños puntos obscuros que sobresalen en la estructura roja de forma de peonza. Sobre la fresa suele haber unas pequeñas hojas verdes que no son comestibles. Se trata de un subproducto al que los científicos y tecnólogos de los alimentos tratan de darle valor.
Controlar el acortamiento de las barritas de gel dulce durante su procesado permitirá mejorar la textura de las 'chuches'.