Cumbre Vieja es ya una Meca en la que se dan cita decenas de investigadores de diferentes campos, como la sismología, la geoquímica y la oceanografía. En vulcanología el trabajo multidisciplinar es esencial. Mientras unos vigilan el magma, otros miden el terreno, persiguen a la lava o analizan el aliento emitido. Su misión ahora es concreta: evitar víctimas.
Tras su llegada al mar la pasada noche, la colada de lava del volcán de La Palma, ha creado un delta de unos 500 metros de ancho. En estos momentos, continúa la emisión de vapor de agua y gases provocada por el contacto del material fundido con el agua. Por ello, se mantiene en vigor el confinamiento en varios núcleos de población, así como una zona de exclusión de navegación de dos millas.
Desde hace días se esperaba que la colada del volcán de Cumbre Vieja llegara al mar y esta noche ha sucedido. Los efectos han sido inmediatos por el choque térmico: nubes de gases calientes con ácido clorhídrico que se irán diluyendo en la atmósfera y se emitirán mientras la lava mantenga su encuentro con el agua marina.
Decenas de investigadores se han trasladado a La Palma para seguir la nueva erupción en la isla, coordinados con los colegas que trabajan desde sus centros. El registro de seísmos, las mediciones de gases, los análisis químicos de las muestras, las imágenes aéreas y los cálculos de riesgos ofrecen datos cruciales para que los equipos de emergencia puedan proteger a la población.
El seguimiento de los seísmos que precedieron a la erupción en La Palma, la deformación del terreno, el avance de la lava, las casas destruidas y las emisiones no sería posible sin los satélites que están ayudando durante esta emergencia, especialmente los centinelas del programa europeo Copernicus.
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) ha confirmado que se ha abierto una nueva boca eruptiva en uno de los flancos del cono activo desde el domingo. Las autoridades han evacuado los barrios de Tajuya y Tacande.
La Organización Mundial de la Salud ha actualizado sus recomendaciones sobre la calidad mínima del aire y ha fijado como peligrosos niveles de polución atmosférica que eran considerados seguros hasta ahora.
La colada de lava avanza hacia el mar y a su paso ya ha destruido más de 350 inmuebles desde el pasado domingo. Más de 6.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares en una isla que, como el resto del archipiélago, ya ha experimentado otras erupciones. Pero ¿por qué ahora en La Palma?
Los datos recogidos por los satélites del programa europeo Copérnico permiten predecir que el gas SO2 procedente del volcán canario se extenderá este viernes por gran parte del Mediterráneo occidental. Sin embargo, su impacto ambiental a nivel de superficie será muy bajo, según los expertos.
Vulcanólogos, petrólogos, sismólogos y geólogos están viajando a La Palma para seguir de cerca la erupción. Entre ellos está el catedrático Eumenio Ancochea, dispuesto a prestar toda la ayuda posible junto a su grupo de la Universidad Complutense de Madrid, y que se dedicará a estudiar el avance de las coladas de lava.