El riesgo existía y los científicos avisaron hasta seis meses antes. El 25 de abril de 1998 se produjo la mayor catástrofe ambiental de España: la ruptura de la balsa de la mina de pirita de Aznalcóllar que contaminó el corredor del río Guadiamar y llegó a las puertas del Parque Nacional de Doñana. Una década después del vertido, los niveles de contaminación son bajos gracias a los esfuerzos que, en su día, realizaron los investigadores, pero todavía no existen protocolos de actuación con asesoramiento científico para que las instituciones actúen en caso de crisis.
El Centro de Investigación Básica y de Excelencia en Cambio Climático BC3/Klima Aldaketa Ikergai nace con la vocación de convertirse en un organismo de referencia mundial en el estudio sobre el control de la crisis ambiental.
El profesor de la Universidad de Cantabria Juan Carlos Zabala inicia hoy un viaje cuyo destino final es la Base Americana Palmer, en la Antártida. Zabala ha sido invitado a participar en un proyecto de investigación dirigido por H. William Detrich, de la Northeastern University en Boston (EEUU) que se llevará a cabo en la base americana Palmer en la Antártida dentro de un proyecto de la NSF (National Science Foundation): USAP (U.S. Antartic Program) y que se desarrollará entre el 23 de abril y el 24 de junio de este año.
La alarma del pórtico de detección de radiación de la empresa a la que se dirigen los residuos metálicos, supuestamente no radiactivos, procedentes de la central nuclear de Ascó (Tarragona) ha detectado un camión con chatarra contaminada. El suceso ocurrió en la tarde del lunes en las instalaciones de la empresa HIDESA, situada en las proximidades de Reus (pero en el término municipal de La Selva del Camp), al realizarse el protocolo de recepción de un transporte de material metálico reciclable procedente de la central, según informa en un comunicado el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Una reciente investigación analiza el origen evolutivo de un grupo de escarabajos acuáticos que desarrolla todo su ciclo vital (de larva a adulto) en los pocillos de agua de las bromeliáceas, una familia muy diversa de plantas tropicales (entre ellas, la planta de la piña tropical) capaces de acumular hasta 45 litros de agua en su base.
El que existan hasta 22 nidos de una misma pareja de águila Perdicera (Hieraaetus fasciatus) en un radio de 300 metros dentro del territorio es un dato que sorprende y a la vez intriga a los científicos. Aunque en los últimos años se han barajado diversas hipótesis sobre el porqué las aves construyen nidos alternativos, investigadores de la Universidad de Granada han descubierto que las águilas podrían cambiar de nido para evitar a los parásitos que en él habitan y así, tener la posibilidad de criar más pollos.
Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid acaba de publicar sus nuevos avances en el estudio de un grupo de proteínas virales, denominadas viroporinas, y su capacidad de inducir la muerte por apoptosis (muerte programada) de las células.
Especialistas en ciencias de la vida de países como Egipto, Etiopia, Ghana, India, Kenya, Mexico, Sudáfrica, Siria o Thailand han enviado una súplica vehemente a Europa para que apoye la investigación en ciencias de la vida diseñada para abordar la crisis alimentaria mundial.
La reconexión total de las redes de genes de un organismo es posible, hecho que da lugar a nuevas propiedades y aporta pruebas claras que demuestran que la evolución tiene pocas barreras para generar nuevas propiedades.
La Junta de Administradores de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV), empresa que gestiona las dos centrales nucleares de Tarragona, ha decidido el cese de Rafael Gasca como director de la central de Ascó, y su sustitución por César Candás, hasta ahora director de la central de Vandellós.