Los moluscos bivalvos como ostras, vieiras o mejillones han filtrado el agua y alimentado a los humanos durante milenios. Un estudio, liderado por Instituto Smithsoniano de EE UU, explica que los rasgos que los han hecho atractivos para el ser humano también han reducido su riesgo de desaparición. Sin embargo, los científicos advierten que solo una gestión sostenible los preservará para las poblaciones futuras.