Un estudio del Hospital Clínic de Barcelona permite relacionar la actividad física, la altura y el tamaño de la aurícula con el desarrollo de la fibrilación auricular idiopática. Los resultados determinan que la probabilidad de padecer esta cardiopatía aumenta con las horas de ejercicio físico realizadas. Según este trabajo, la practica de deportes de resistencia o una actividad física laboral intensa mantenida durante años, aumenta el riesgo de padecer en un futuro la arritmia cardiaca más frecuente en la población adulta.