La especie de coral Acropora millepora es capaz de transmitir de generación en generación los genes resistentes al calor a través de su ADN. Así lo revela, por primera vez, un equipo internacional de científicos que ha descubierto que algunos de estos organismos se benefician de un proceso evolutivo a través del cual ciertas especies tienen mayor facilidad para adaptarse al calentamiento global.
El 26 de junio de 2000, Craig Venter y Francis Collins anuncian el primer borrador del genoma humano / Wearbeard
El análisis genético de la mandíbula de un humano moderno que vivió en Europa hace entre 37.000 y 42.000 años revela que entre el 6 y el 9,4% de su genoma procede de los neandertales, más que el de cualquier otro humano moderno secuenciado hasta la fecha. El hallazgo, publicado en Nature, confirma que este humano tuvo un pariente neandertal que vivió entre cuatro y seis generaciones previas, es decir unos 200 años antes.
Investigadores de la Universidad de Washington (EE UU), en colaboración con la INTERPOL, han analizado el ADN de 14 toneladas de colmillos de elefante incautados desde 1996 para rastrear su procedencia. Los resultados indican que, en la última década, la caza furtiva se ha concentrado en dos zonas de África: la sabana que se extiende entre Tanzania y Mozambique, y la selva protegida que atraviesa Gabón, República del Congo, Camerún y República Centroafricana.
Un nuevo estudio, publicado en la revista PNAS, demuestra la conservación evolutiva de arquitectura del genoma alrededor de los genes Six, lo que permite identificar señales en el genoma que facilitan la organización tridimensional de la cromatina.
Los espermatozoides de la primera fase del eyaculado son más numerosos, se mueven más y presentan un ADN de mejor calidad que los más rezagados. Así concluye un estudio liderado por la clínica de fertilidad Ginemed, que afirma que mientras el objetivo de la primera parte es fecundar el óvulo, el de la segunda fase es que ningún espermatozoide de otro varón tenga oportunidad de fecundar.
Una tarea básica de las células es dividirse. De una célula salen dos, de dos cuatro, y así, los billones de ellas que pueden formar un elefante, o un ratón. Cada división es una operación de extrema precisión. En este contexto, un estudio publicado en la revista Journal of Cell Biology y realizado por investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo revela que las proteínas que controlan los últimos pasos de la división celular son esenciales para que no se produzcan alteraciones genéticas irreversibles.
Científicos españoles han identificado una instrucción genética esencial para la formación del ojo, un hallazgo relevante para entender las bases moleculares del coloboma, un defecto ocular congénito. Los resultados se publican hoy en la revista Nature Communications.
Al filtrar los datos de GTEx a través de un prisma los científicos han podido separar la información en función de cada tipo de tejido, cada uno con un color distinto y asignado, y analizar y comparar los datos desde esa posición privilegiada./ Leslie Gaffney