Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han estudiado, mediante técnicas ópticas y electroquímicas, la interacción de dos colorantes con ADN. Los resultados demuestran la posible utilización de dichos colorantes como indicadores químicos de la presencia de mutaciones.
El análisis de los genomas de individuos procedentes de más de 280 grupos étnicos de todo el mundo permite describir la diversidad genética en unas regiones hasta ahora poco estudiadas, como las de los aborígenes de Australia y Papúa Nueva Guinea. Los resultados, que se publican en tres estudios diferentes en la revista Nature, arrojan luz sobre la migración de los humanos modernos fuera de África y sobre la diversidad genética actual.
Investigadores de la Universidad de Sevilla y el CSIC han desarrollado un sistema que permite detectar el sexo de las aves de forma sencilla. La herramienta, ya patentada, realiza aproximaciones experimentales in situ empleando, por ejemplo, una batería de coche como fuente de energía externa.
El análisis genético de las nueve subespecies de jirafas, pertenecientes a la única especie conocida hasta la fecha, han revelado que en realidad existen cuatro grupos muy distintos. El hallazgo tiene grandes implicaciones en la conservación de este emblemático animal africano.
Rediseñar una vida con nuevas potencialidades modificando su código genético podría ser la trama de una película de ciencia ficción. Ahora, un equipo de la Universidad de Harvard ha logrado ‘hackear’ el ADN de la bacteria Escherichia coli reduciendo de 64 a 57 el número de codones. Un organismo recodificado podría tener funcionalidades jamás vistas en la naturaleza y ahorrar gastos en la industria farmacéutica, dicen los autores.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona han descubierto dos proteínas, denominadas Dnmt3a y Dnmt3b, que son indispensables para preservar las células madre de la piel. De hecho, sin ellas, estas células madre desaparecen.
La transición del sistema de caza-recolección a la agricultura sedentaria, ocurrida en el Creciente Fertil (Mediterráneo oriental, Mesopotamia y Persia) hace unos 10.000 años, no fue obra de una población genéticamente homogénea sino muy diversa. Así lo asegura un nuevo análisis de ADN procedente de cuatro esqueletos del Neolítico temprano, hallados en Irán.
Investigadores de la Universidad de Granada demuestran que introducir pequeñas modificaciones químicas en moléculas de ADN permiten la introducción de iones metálicos en su interior, manteniendo su estructura original de doble hebra y sus propiedades de reconocimiento (frente a otras moléculas de ADN, enzimas, proteínas, etc.). La estructura del ADN permanece prácticamente inalterada y los iones metálicos pueden aportar nuevas propiedades a las moléculas.
Investigadores españoles han demostrado qué variantes del ADN mitocondrial tienen un impacto en el metabolismo y en la calidad de envejecimiento de los individuos, lo que explica por qué hay personas que ‘evitan’ diabetes, obesidad y tumores. El estudio, publicado en Nature, aporta información valiosa para las técnicas de reemplazamiento mitocondrial.