Los primeros cetáceos pasaban tiempo tanto en el agua como en la tierra y su sistema auditivo era más parecido al de sus parientes terrestres –como cerdos, hipopótamos y camellos– que al de las ballenas actuales. Así lo asegura una nueva investigación, que ha analizado restos fósiles de 45 millones de años de antigüedad. Según los científicos, la especialización de la audición infrasónica o ultrasónica, tal como se observa en las especies modernas, evolucionó cuando se volvieron totalmente acuáticas.
La campaña SCANS-III en la que participan varias instituciones, incluida el Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha identificado la presencia de más de 1,5 millones de cetáceos en el océano Atlántico europeo entre ballenas, delfines y marsopas durante un estudio realizado en julio de 2016. En España, el IEO ha realizado más de 800 avistamientos de ocho especies de cetáceos distintas.
A principios del siglo XIX el hundimiento del ballenero estadounidense Essex por los cabezazos de un cachalote inspiró la novela Moby Dick. Pero desde entonces, ante las pocas evidencias, los biólogos marinos dudaban de que este mamífero marino pudiera realmente embestir con su cabeza. Un nuevo estudio confirma que una estructura de su frente permite a los machos, protagonistas de #Cienciaalobestia, amortiguar los golpes cuando combaten entre ellos.
Los grandes animales terrestres, las ballenas, las aves marinas y los peces han desempeñado un papel vital en el reciclaje de los nutrientes de las profundidades del océano y en mantener fértil el planeta. Un estudio revela ahora que el enorme descenso de sus poblaciones, junto con la extinción de algunos grandes mamíferos, ha estancado este sistema, especialmente en el caso del reciclaje de fósforo.
Por qué algunas mamíferas siguen viviendo muchos años después de dejar de ser fértiles es uno de los grandes misterios de la evolución. Un equipo de investigadores británicos afirma que las orcas menopáusicas ayudan a sus parientes jóvenes transmitiéndoles información para encontrar alimento. La experiencia de estas veteranas asegura la transmisión de sus genes.