Un estudio liderado por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares revela la importancia de la proteína AID en la protección frente al cáncer y describe, por primera vez, un mecanismo capaz de bloquear el potencial oncogénico de esta proteína. Así, el sistema inmune es capaz de reconocer células epiteliales que acumulan mutaciones y daños en el ADN, impidiendo la aparición de tumores.
Penetrando a través de los vasos sanguíneos de las células tumorales, unas nuevas nanopartículas son capaces de acabar con los tumores, al liberar el contenido tóxico cuando se estimulan con luz ultravioleta. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han participado en el diseño de este dispositivo ‘inteligente’, que se ha probado in vitro y que podría resultar útil para tratar tumores de esófago, estómago y piel.
Investigadores del Vall d’Hebron Institut de Recerca han logrado frenar en ratones el crecimiento de los tumores de cáncer de colon y recto, después de inhibir farmacológicamente un gen sobreexpresado en la enfermedad. Los resultados han sido publicados en Clinical Cancer Research.
Por unos 150 euros ya es posible secuenciar parte del ADN y averiguar si tiene mutaciones genéticas asociadas a determinadas enfermedades que podrían transmitirse a los hijos. El dilema está en qué hacer con esta información confidencial cuando la persona muere. Juristas, genetistas y expertos en bioética analizan cómo tratar la dimensión familiar del genoma cuando su dueño ya no está.
Investigadores del CNIO proponen el bloqueo energético de los tumores para potenciar el efecto antitumoral de los taxanos, como el taxol, u otros agentes antimitóticos. El nuevo hallazgo podría mejorar la efectividad de este agente, uno de los más potentes anticancerígenos utilizados en la práctica clínica.
Ayer se hizo pública una noticia que, no por esperada, ha sido menos triste. Oliver Sacks, escritor y neurólogo, fallecía a los 82 años a causa de un cáncer terminal. Autor de libros como Despertares o El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Sinc se une a la admiración por su obra y sus investigaciones.
Investigadores del IRB Barcelona descubren el papel de los genes supresores de tumores en la regulación del crecimiento de las poblaciones de células vecinas. El estudio, publicado ayer en PLoS Biology, podría tener implicaciones para la comprensión de las primeras etapas de la tumorigénesis y la selección de las células promotoras de tumores.
Un sistema que recrea el desarrollo de un tumor apunta cómo movimientos diminutos de células se pueden transformar rápidamente en un cáncer completo. El estudio, publicado en Nature, puede esclarecer las claves de la propagación de la enfermedad, fundamentales en el enfoque de su tratamiento.
Consumir grandes cantidades de alcohol está considerado como uno de los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer. Sin embargo, investigadores estadounidenses, han descubierto que, en las mujeres, un consumo de 15 gramos de alcohol al día (aproximadamente lo que contiene una copa de vino o una lata de cerveza), aumenta las posibilidades de sufrir esta enfermedad. Para los hombres, el riesgo de cáncer se eleva si toman 30 gramos de alcohol al día y si, además, son fumadores.
Investigadores del instituto IRB Barcelona han comprobado que la proteína E-Cadherina, asociada a la adhesión de células para formar tejidos, también es necesaria para que diversas células puedan migrar en grupo. Esta nueva función podría aclarar por qué los tumores en los que aparecen niveles medios de esta proteína suelen ser más agresivos.