Los expertos inciden en que no se trata de que la vacuna británica no sea segura, sino más bien en que, por precaución, debería volver a ser sometida a ensayos clínicos que incluyan a mayores de 65 años. La buena noticia es que, según un preprint publicado esta semana en The Lancet, la de AstraZeneca posee además una potencial capacidad para reducir la transmisión del virus.
Una de las preguntas clave de la pandemia es saber el tipo de inmunidad que genera el virus y el tiempo que se mantiene. Hay noticias positivas. La infección produce linfocitos B de memoria que no disminuyen seis meses después. Además, evolucionan. Los anticuerpos que producen tienden a ser más potentes y versátiles, y podrían ser más eficaces contra nuevas variantes.
Una encuesta llevada a cabo por FECYT y publicada esta semana revela que seis de cada diez españoles se muestran dispuestos a vacunarse sin reticencias. ¿Se ha exagerado el miedo en los últimos meses? Hablamos con su autor, el sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid Josep Lobera.
Este virólogo desarrolla junto al investigador Juan García Arriaza la vacuna CSIC-Biofabri contra la covid-19. Los primeros datos publicados certifican una eficacia del 100 % en modelos animales. Se prevé que comiencen los ensayos clínicos en primavera.
Tras observar a más de 600 pacientes con neumonía por covid-19, investigadores del Hospital Universitario La Paz de Madrid han encontrado que el 25 % tenía alteraciones en la lengua y la boca, y hasta el 40 % en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Estos síntomas podrían ayudar al diagnóstico de la infección.
Tras empezar la campaña de vacunación, seis de cada diez españoles se muestran dispuestos a vacunarse sin reticencias. En octubre, esta cifra suponía el 20 %. La población con un mayor rechazo se sitúa ahora por debajo del 10 %, mientras que hace tres meses estaba cerca del 32 %.