Prueban que la cianobacteria más abundante de los océanos no sólo se alimenta de luz a base de fotosíntesis como se creía y comprueban gracias a una expedición por el Atlántico que son capaces de absorber glucosa para generar energía
Científicos del Institut Català de Ciències del Clima han comprobado que la pausa en el calentamiento global detectada en la última década se debe al incremento de la absorción de calor por el océano Atlántico y la banda tropical del Pacífico. De esta forma el efecto de la variabilidad natural del sistema climático enmascara temporalmente el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El primer estudio global de los impactos del cambio climático sobre la producción de vino revela que la mayor parte de las actuales zonas aptas para cultivo de la vid probablemente se habrán perdido en 2050, y se trasladarán a hábitats importantes para la conservación de fauna silvestre.
El aumento de la temperatura altera el metabolismo del plancton del Océano Glaciar Ártico, según dos estudios publicados en la revista Biogeosciences que recogen los resultados de ocho campañas oceanográficas en condiciones extremas y un experimento a gran escala
Un estudio de la Universidad Estatal de Oregón y la de Harvard asegura que, en la actualidad, el promedio de la temperatura del aire cerca de la superficie terrestre es más cálida que durante la mayoría de los últimos 11.300 años.
Durante el otoño e invierno de 2001 se capturaron en el mar de Alborán más de tres mil toneladas de anchoas, mientras que en el 2010 la cantidad no rebasó las doscientas toneladas. Un equipo del CSIC ha comprobado que la corriente de agua atlántica que irrumpe en el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar es la responsable de esta diferencia.
Un estudio en cultivos de todo el mundo muestra que los insectos polinizadores de la naturaleza desempeñan un papel más importante en la producción agrícola que el atribuido a las abejas domesticas. Los autores advierten que la perdida de esas especies silvestres y sus hábitats ponen en riesgo nuestras cosechas.
Un estudio en el que ha participado el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) ha desarrollado un nuevo método para evaluar los efectos del cambio climático en la dinámica poblacional de las especies, mediante el análisis de la plasticidad de la estrategia vital de dos plantas amenazadas.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha evaluado la robustez de las cadenas tróficas polares frente a posibles impactos climáticos. Según sus conclusiones, el ecosistema ártico es más vulnerable al efecto de cascada trófica porque cuenta con mayor número de depredadores.
Investigadores de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC de Zaragoza han comprobado que la frecuencia de las precipitaciones de gran intensidad está disminuyendo en la cuenca del Ebro desde 1955.