El cambio climático, la contaminación del aire, los incendios, las plagas y los cambios inducidos por la actividad del ser humano están deteriorando la salud de los bosques de todo el planeta. La revista Science recopila una serie de estudios en los que se examina cómo estas alteraciones están afectando a las masas forestales del mundo, desde los exuberantes y variados bosques tropicales hasta los antiguos y resistentes ecosistemas boreales del hemisferio norte.
Un nuevo cálculo de las emisiones de dióxido de carbono de China por la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento reduce en 2,49 gigatoneladas la cantidad anteriormente estimada para el año 2013. Este método utiliza fuentes independientes más fiables y tiene en cuenta factores como la calidad del carbón consumido.
Hace entre 20 y 25 millones de años, Norteamérica pasó de ser un lugar boscoso con clima cálido a una llanura de grandes extensiones con clima seco y frío. Este cambio en la vegetación afectó a la evolución de los cánidos, que se volvieron más gráciles y estilizados al cambiar sus métodos de caza. Así lo revela un estudio internacional liderado por un científico español.
Hasta hace dos siglos los océanos se estaban enfriando debido a las erupciones volcánicas, que favorecen el enfriamiento de la superficie del mar, pero este proceso se detuvo con la llegada de la Revolución Industrial. Así lo apunta un estudio internacional, con participación española, que ofrece una nueva perspectiva sobre las variaciones de temperatura superficial oceánica antes de la aparición del cambio climático influido por la actividad humana.
Obama anuncia un gran plan contra el cambio climático
Un artículo de la revista Ecology recoge datos de todos los continentes sobre producción de biomasa y su relación con el secuestro de carbono. En el estudio participa por España el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro del CSIC), que ha realizado investigaciones sobre varias especies arbóreas en las provincias de Salamanca y Burgos.
Acanthochromis, la especie de peces con la que se ha realizado el estudio que apunta a que la capacidad para aclimatarse a temperaturas más cálidas a través de generaciones está en los genes. / Joao Krajewski
El modelo matemático desarrollado por científicos catalanes, en colaboración con los bomberos de la Generalitat de Catalunya, es capaz de estimar la probabilidad que tiene un paisaje de tener un incendio conducido por el viento, según la forma del terreno o la cantidad de combustible disponible para el fuego. Esta herramienta puede servir para mejorar la planificación de las estrategias de extinción de los incendios y adaptar las medidas de prevención ante el nuevo escenario de cambio climático.