Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona señala que el transporte, las actividades domésticas y la agroganadería se encuentran entre las principales fuentes que más afectan a la toxicidad del aire en 857 ciudades europeas. Según los investigadores, urgen medidas drásticas para reducir la polución y las muertes asociadas al tráfico, principal fuente de gases nocivos.
Un equipo de investigación estadounidense, del Hospital de Rehabilitación Spaulding, ha identificado un aumento de la agresividad canina los días con mayores índices de radiación ultravioleta, ozono y temperaturas, mientras que disminuye con el incremento de precipitaciones.
Un estudio realizado por un equipo de científicos de más de una decena de centros de investigación españoles ha encontrado microplásticos en el agua de grifo, en localidades de Galicia, Madrid, Murcia, Cataluña y las islas Canarias. Aunque por ahora el riesgo para la salud humana parece insignificante, los resultados subrayan la importancia de una gestión adecuada de los residuos.
En la lucha contra la crisis climática, los países históricamente responsables de las emisiones excesivas de dióxido de carbono deberían pagar unos seis billones de dólares cada año, hasta 2050, para indemnizar a otros estados vulnerables a un calentamiento global del que no son responsables. Así lo señala un trabajo internacional sobre compensaciones por apropiación atmosférica.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona ha determinado que el aumento del dióxido de nitrógeno, carbono negro y ozono en el ambiente estaba vinculado a un mayor riesgo de hospitalización por esta enfermedad, ingreso en UCI y muerte.
La foca monje del Mediterráneo, el marrajo negro o la angula son algunos de los animales en peligro a los que está afectando la presencia de estas partículas contaminantes en los océanos. Los científicos alertan de su impacto en el medioambiente y se afanan en estudiar las consecuencias de estos tóxicos en la salud, también en humanos, por su lugar en lo alto de la cadena trófica.
La ruptura de una balsa minera de la empresa Boliden contaminó el corredor del río Guadiamar y los vertidos llegaron a las puertas del Parque Nacional de Doñana, hace 25 años. En aquel momento, Miguel Ferrer era el director de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, una institución con un papel fundamental en su recuperación. En la actualidad, este paraje natural único sigue amenazado por la sequía y la sobreexplotación de acuíferos.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
Investigadores del Instituto Max Planck de Ecología Química, en Alemania, han descubierto que en lugares con altas concentraciones de ozono se destruye la señal química de apareamiento de la mosca del vinagre. Los hallazgos ponen de relieve otra amenaza de la actividad humana sobre las poblaciones de insectos.