Este barco científico dispone de tecnología para obtener imágenes detalladas del fondo marino y explorar zonas de difícil acceso, y cuenta con especialistas que contribuirán al monitoreo de la calidad del agua y del impacto ambiental. Se estima que alcanzará la costa de Valencia el próximo 9 de noviembre.
La intensidad de la ‘gota fría’ que provocó devastadoras inundaciones en el Levante y Sur de España está vinculada al calentamiento global. Esta es la principal conclusión de un informe publicado por el proyecto europeo Climameter.
Tras las inundaciones en Valencia, podría aumentar el riesgo de enfermedades como diarrea, leptospirosis o el tétanos debido a la falta de saneamiento y al contacto con agua contaminada. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias lanza una advertencia sobre estas amenazas y pide medidas preventivas inmediatas.
Investigadores del Instituto Geológico Minero del CSIC explican que, en eventos extremos como la DANA del pasado 29 de octubre, los materiales que arrastra la corriente aumentan los daños causados por las inundaciones.
El momento y la localización donde se generan las tormentas determina su intensidad. La devastación causada estos días tiene en la ciencia y en la ingeniería las herramientas necesarias para minimizarla. Hablamos con Félix Francés García, catedrático de ingeniería hidráulica de la Universidad Politécnica de Valencia y especialista en riesgo de inundación, sobre qué se puede hacer para disminuir su peligrosidad.
Las lluvias torrenciales que desbordaron ríos y barrancos en Valencia han dejado a miles de personas en situación crítica, con pérdidas materiales y riesgos para la salud. La respuesta inmediata se centra en garantizar agua, alimentos y atención sanitaria, mientras expertos en salud pública alertan de los peligros adicionales y preparan medidas de recuperación.
Luis Mediero, catedrático de la ETSI de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, experto en inundaciones, explica los factores que han influido en la virulencia de la DANA y medidas aplicables desde la ingeniería para minimizar sus efectos en futuras ocasiones.
Hace 50 años, las DANA, que entonces se llamaban gotas frías, ocurrían entre tres y cuatro veces al año, esencialmente en noviembre. Hoy ocurren a lo largo de todo el año. ¿Por qué?
Este fenómeno conlleva más cuantía e intensidad de las precipitaciones que un huracán del Caribe o un tifón asiático, aunque también menos viento, explica un experto en climatología. Las lluvias torrenciales, especialmente en la Comunidad Valenciana, han dejado de forma provisional una cifra de víctimas mortales que asciende a 62 personas, en lo que se considera la peor DANA del siglo.