Que en un futuro cercano la población española peinará más canas que nunca y que con ellas aumentarán los achaques es una previsión demográfica que no parece tener más salida que prepararse colectivamente. Con ese planteamiento, una empresa asturiana ha desarrollado un sistema orientado a facilitar el seguimiento y reducir los costes asociados a una de las realidades que previsiblemente aumentarán con la edad media de la población: las enfermedades crónicas.
Un equipo de las universidades Politécnica de Madrid y de Linköping (Suecia) han desarrollado un biosensor de glucosa con alta sensibilidad y respuesta electroquímica. Estas características le confieren un gran potencial para su aplicación en el diagnóstico clínico.
Por primera vez una investigación describe la acción farmacológica de las tiazolidinedionas —unos fármacos de acción antidiabética— directamente sobre el páncreas, que es el órgano secretor de insulina. El trabajo, realizado con modelos animales de laboratorio, ha constituido un sistema in vivo excelente para probar el mecanismo de acción de estos fármacos.
Un estudio realizado en la Universidad de Granada ha revelado que existe una clara relación entre la exposición a pesticidas (Compuestos Orgánicos Persistentes, COPs), que ingerimos a través de los alimentos, el aire o el agua, y la prevalencia de diabetes tipo 2 en personas adultas. Estas sustancias tienden a acumularse en la grasa del cuerpo humano y podrían ser una de las causas por las cuales las personas obesas tienen más posibilidades de desarrollar esta enfermedad.
Investigadores españoles han hallado las claves moleculares que aumentan la actividad de una proteína llamada b-catenina, íntimamente relacionada con la progresión tumoral, y han identificado como estímulos responsables a los niveles altos de azúcares. Los aumentos en la actividad de esta proteína representan uno de los factores más frecuentes en el desarrollo de cáncer y pueden convertir a una célula normal en inmortal, un paso fundamental para la progresión tumoral.
Un equipo internacional de científicos publica esta semana en Nature Medicine la identificación de un gen que regula el metabolismo de las grasas y que está implicado en la aparición de la obesidad y de enfermedades metabólicas relacionadas como la diabetes tipo 2. Los autores han calificado el gen como una nueva diana terapéutica para el tratamiento de la obesidad y de la resistencia a la insulina en humanos.
Los expertos ya saben que las gestantes no deben comer por dos. Ahora un estudio insiste en la importancia de cuidar la alimentación para evitar que en el niño aumenten los niveles de insulina y glucosa, ambos indicadores de riesgo de padecer diabetes y síndrome metabólico.
Esta mañana ha sido presentada la Guía de atención farmacéutica al paciente diabético, el primer manual sobre esta patología realizado por profesionales médicos y farmacéuticos. El trabajo servirá a estos últimos como herramienta para mejorar el asesoramiento y la atención a estos pacientes.
Los ratones desarrollan diabetes pancreática cuando carecen de ciertos genes, y, para entender cómo ocurre esto, investigadoras de la Universidad del País Vasco se han centrado en el mecanismo molecular que lo provoca.
Las modificaciones en los niveles de la hormona leptina durante la gestación o la lactancia aumentan el riesgo de padecer obesidad y diabetes en la edad adulta. Así lo constatan los trabajos de Miriam Granado, de la Universidad Autónoma de Madrid, por los que ha sido premiada por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.