Nuestros ancestros comenzaron a consumir alimentos para los que aún no estaban anatómicamente preparados. El hallazgo, publicado en Science, se basa en el análisis de isótopos de carbono y oxígeno en dientes fosilizados, que reflejan un cambio de dieta previo a la adaptación física.
Un evento evolutivo poco común está detrás del enigmático origen de la patata. Según un nuevo estudio, este tubérculo apareció por hibridación natural entre un ancestro del tomate y una planta silvestre chilena llamada Etuberosum.
Descubren fósiles de un reptil que vivió hace 247 millones de años con una cresta formada por apéndices similares a plumas, lo que indica que antes de las aves ya existían reptiles con recubrimientos complejos en la piel. El hallazgo refuerza la idea de que la piel de este reino animal era más sofisticada de lo que se pensaba.
El hallazgo de un topo del Plioceno en el yacimiento de Camp dels Ninots, en Girona, revela una evolución más dinámica de los tálpidos, con posibles migraciones entre Eurasia y América del Norte. Su buena conservación permitió un análisis anatómico detallado y nuevas hipótesis sobre su adaptación al entorno.
Un estudio demuestra por primera vez que la sobrepesca ha provocado cambios evolutivos medibles en el genoma de una especie marina, lo que contribuye al colapso del bacalao del Báltico oriental.
Los gusanos de mar rompieron su genoma en mil pedazos para reconstruirlo de forma radicalmente distinta cuando pisaron tierra firme hace 200 millones de años. Este hallazgo implica que las especies podrían sufrir un cambio abrupto en su evolución y no seguir al pie de la letra la teoría de Darwin.
Un animal diminuto y sorprendente, con una anatomía nunca vista en su linaje, ha sido hallado en un yacimiento canadiense. El hallazgo ofrece nuevas claves sobre la evolución temprana de los artrópodos y sus adaptaciones al entorno marino del Cámbrico.
Esta investigación cuestiona la hipótesis de que las alas de las aves se desarrollaron como estructuras completamente independientes de las extremidades posteriores por las presiones selectivas del vuelo. Según este nuevo estudio, basado en un patrón evolutivo compartido a partir de los dinosaurios, su evolución estaría condicionada por las restricciones del desarrollo embrionario.
Un nuevo estudio ha encontrado que la capacidad de controlar genes a través de larga distancia evolucionó unos 150 millones de años antes de lo que se creía. Este descubrimiento podría aportar nuevas pistas sobre los principios fundamentales que gobiernan nuestras células.
La investigación, liderada por el Instituto de Biología Evolutiva, revela en la mosca Drosophila que la activación del gen E93 marca el inicio de la fase adulta y suprime los genes juveniles, un hallazgo con implicaciones en el control de plagas y en procesos biológicos como el cáncer.