Una de las conclusiones de una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid, que analiza el papel de la mujer en la paz y en los conflictos bélicos a lo largo de la historia, es que siempre han estado presentes en las guerras, antiguas y contemporáneas. Los puestos habituales de ellas eran los de la retaguardia: alimentación, asistencia a los heridos, como prostitutas o incluso en labores de espionaje.
Químicos de la Universidad de Granada han creado unas estructuras a escala nanométrica que pueden capturar agentes de guerra química, como el gas mostaza y el sarín. Estos compuestos se podrían poner en trajes militares o de protección para la población civil.
Un estudio estadounidense revela que la intensidad y frecuencia de los ataques en una guerra se puede predecir según el tiempo transcurrido y el número de muertes registradas en los primeros días de combate. Los investigadores defienden que su estudio no solo es útil para planificar la estrategia militar, también puede aplicarse a las ciberguerras e incluso al ataque de los microorganismos contra el sistema inmunológico.
Se dice que la historia la escriben los vencedores. Pero los combatientes, fundamentales en su devenir, rara vez aparecen, sean vencedores o vencidos. Los antropólogos de la UPV/EHU Pío Pérez e Ignazio Aiestaran se han rebelado ante esta injusticia. Han “desenterrado” la memoria de los que lucharon en la guerra de 1936, estudiando diez narraciones autobiográficas. Su trabajo se titula Oroimen iheskorrak: gerra zibileko sufrimenduaren inguruko hausnarketak, euskaraz idatzitako testigantzen ikerketaren bitartez, y lo han redactado gracias a la beca Agustín Zumalabe de Eusko Ikaskuntza.
El ritmo frenético de las sociedades occidentales aumenta los casos de estrés, ansiedad y depresión en las mujeres. Pero, ¿qué ocurre en los países empobrecidos? Ellas también sufren estos trastornos, lo que difieren son las causas. El 4º Congreso Mundial sobre la Salud Mental de la Mujer, que se celebra estos días en Madrid, trata los problemas mentales de este colectivo tantas veces olvidado.
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid trabajan en el desarrollo de nuevas tecnologías para la obtención de células solares de banda intermedia. Se trata de uno de los conceptos más prometedores que se están desarrollando dentro de la tercera generación de dispositivos fotovoltaicos, en plena gestación actualmente.
El tiempo de la desmesura. Historias insólitas del cine y la guerra civil española es el nuevo libro del catedrático de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá. La obra recoge experiencias cinematográficas inauditas. Actrices que con su desnudez revolvieron al Madrid de los años anteriores de la Guerra Civil, otras que con su defensa del voto femenino y del divorcio auguraban y eran imagen de tiempos de cambio, directores anarquistas al servicio de importantes productoras, y tantos otros que quedan retratados en este libro de audaz estilo, dilatado esfuerzo de documentación y fina caracterización del pasado español.
“Los institutos cumplen un papel al que no llegan los departamentos de la universidad”. Son palabras de José María Ortiz de Orruño, director del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, creado en el campus de Álava en 1995. La investigación es uno de los pilares fundamentales de esa labor paralela. El Grupo de Investigación sobre Identidad Nacional, dirigido por el catedrático de Historia Contemporánea de la UPV/EHU Luis Castells, está formado por una veintena de miembros del instituto. Se trata de la actividad más importante del centro.
Los jóvenes veteranos de guerra tienen un alto riesgo de morir de forma violenta en sus casas a través del suicidio.