Investigadores de las universidades de Córdoba, Málaga y la Federal de Santa Catarina de Brasil han desarrollado un modelo matemático que permite hallar agujeros negros en regiones del espacio donde los métodos clásicos fallan. Las regiones del espacio que 'escapan' del agujero negro son las que ayudan a encontrar las que sí forman parte de estos oscuros objetos.
Hoy la ciencia está de luto. Stephen Hawking ha muerto a los 76 años. Pero no solo la física se ha quedado un poco huérfana. El científico más conocido del siglo XXI era considerado una superstar de la ciencia. Biopic ganadora de Oscar, cameos en series de televisión, varias canciones y hasta cómics con el cosmólogo como protagonista. Todos vamos a echar de menos a este genio.
El físico, cosmólogo y divulgador científico británico Stephen Hawking ha muerto este miércoles a los 76 años de edad en su casa de Cambridge (Reino Unido), según ha informado su familia. La teoría sobre los agujeros negros de este científico cambió la concepción que hasta los años 70 se tenía del universo. Desde hace más de 50 años Hawking padecía esclerosis lateral amiotrófica, ELA, una enfermedad que le ha obligado a estar en silla de ruedas y depender de un sistema de voz computarizado para comunicarse.
Cuando los agujeros negros chocan entre sí, provocan un fenómeno tan violento que su eco es capaz de llegarnos miles de millones de años después a través de ondas gravitacionales. El análisis de estas señales nos permite saber cómo nacieron estos gigantes del cosmos. Dos premios Nobel de Física de este año avanzan a Sinc lo que llegaremos a conocer sobre estos misteriosos cuerpos en los próximos años.
La colaboración entre el observatorio estadounidense LIGO y el europeo Virgo ha hecho posible la detección de una onda gravitacional, una distorsión del espacio-tiempo, por cuarta vez. La observación se produjo el pasado 14 de agosto y se relaciona con los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros con masas alrededor de 31 y 25 veces la del Sol, a unos 1.800 millones de años luz de distancia.
Objetos astrofísicos identificados como agujeros negros podrían ser, en realidad, estrellas de gran densidad. Su formación sería el resultado final de múltiples transformaciones disipativas de agujeros negros en su inverso temporal, agujeros blancos, que en un corto plazo de tiempo se descoloran y dejan escapar la luz en lugar de impedir su salida, según una investigación en la que participa la Universidad Complutense de Madrid.
Moda, fe y fantasía se unen en un libro para entender el universo. La mezcla puede parecer controvertida, y seguramente lo sea, como su autor, Roger Penrose (Colwester, Inglaterra, 1931), que a sus 85 años sigue yendo a contracorriente. El físico no renuncia a las ideas “alocadas”, como él las define, para explicar el origen y destino del universo.