Una investigación liderada por la Universidad del País Vasco ha demostrado que las mordeduras humanas de huesos tienen características distintivas que permiten diferenciarlas de las producidas por otros animales, y que el cocinado previo de la carne influye en la aparición de estas marcas. Este estudio aporta valiosas conclusiones para el análisis de restos de comida encontrados en yacimientos.
En medicina es conocido el uso de la tomografía computarizada, un método de diagnóstico en el que se usan los rayos X para crear imágenes transversales del cuerpo humano. Ahora la misma técnica permite obtener imágenes de distintos tejidos en animales, como los cerdos, y desarrollar modelos de crecimiento sin sacrificarlos.
Yolanda Martín alimentando a los pingüinos Rey. / Alejandro Martínez (Sinc)
Se enfrentan a temperaturas bajo cero, alimentan a reptiles que pueden alcanzar la media tonelada de peso y se ganan la confianza de especies huidizas. Los cuidadores de fauna salvaje dedican su día al bienestar de animales nacidos en cautividad, pero manteniendo las distancias. Sinc les acompaña en uno de los momentos en los que humano y animal más interactúan: la comida.
Verónica Márquez consigue que los osos marinos saquen la lengua o abran la boca como parte de su entrenamiento. / Alejandro Martínez (Sinc)
Miguel Ángel de la Fuente alimenta con polluelos a Kenia, una hembra de cocodrilo del Nilo de unos 35 años y 300 kilos. / Alejandro Martínez (Sinc)
Una investigación canadiense revela una nueva visión detrás de las extinciones generalizadas de fauna: el superdepredador humano, que da prioridad a los beneficios a corto plazo, y provoca cambios extremos en las cadenas de alimentación de todo el mundo. Según los científicos, los humanos tienden a cazar adultos de otras especies en índices hasta 14 veces superiores a otros depredadores, con una explotación particularmente intensa de carnívoros terrestres y peces.
Un nuevo estudio revela que las grandes desapariciones de la megafauna hace entre 60.000 y 12.000 años se produjeron en los períodos de calentamiento del clima y no durante las grandes oleadas de frío, como se creía hasta ahora. Gracias a los análisis cruzado de ADN de restos fósiles con una nueva escala de temperaturas de la época, los científicos recalcan la importancia de los cambios meteorológicos, frente a la actividad humana, que influyó, pero en menor medida.