Investigadores del CSIC forman parte de un proyecto internacional que ha detectado 14 nuevos casos de animales infectados con el virus HPAI, lo que sugiere la propagación del patógeno en el norte de la península antártica.
Come-rocas, bosques de diatomeas que secuestran carbono o la corteza oceánica de hace millones de años son algunos de los proyectos en los que se han volcado los científicos españoles que acaban de regresar de la campaña antártica 2024. Varios de ellos cuentan a SINC en qué ha consistido su aventura y para qué servirán sus investigaciones.
Investigadores del Centro de Astrobiología y la Universidad Autónoma de Madrid han introducido tapetes de estos microorganismos antárticos dentro de una cámara que simula el ambiente extremo de Marte. Los resultados revelan que pueden mantener cierta actividad biológica, al menos durante las dos semanas que ha durado el experimento.
Los primeros resultados del proyecto PERPANTAR, que han sido presentados en el Congreso Internacional de Pingüinos celebrado en Chile en septiembre, muestran movimientos migratorios mucho más lejanos, así como distintas estrategias de alimentación.
Se ha encontrado en muestras de skuas muertas, que fueron halladas por científicos argentinos en las proximidades de la base antártica “Primavera”. El hallazgo permite a los programas polares nacionales estar preparados para evitar la transmisión de la infección por medios humanos y, sobre todo, evitar el contagio de las personas.
Dorthe Dahl-Jensen, Jean Jouzel, Valérie Masson-Delmotte, Jakob Schwander y Thomas Stocker comprobaron, a través del análisis de hielo en la Antártida y Groenlandia “la conexión fundamental” entre las concentraciones de gases como el CO2 y la variación de la temperatura a lo largo de los últimos 800.000 años, según destaca el jurado.
Análisis genéticos de un pequeño cefalópodo que vive en aguas antárticas da indicios sobre qué ocurrió con las enormes masas heladas en el Último Interglaciar, hace unos 120.000 años, cuando las temperaturas eran solo 1 grado centígrado más cálidas que las preindustriales.
La pregunta ya no es si va a subir el nivel global del mar, sino en cuánto tiempo lo hará. Un estudio de modelización publicado en la revista Nature Climate Change, sugiere que el rápido calentamiento de los océanos en la región occidental de la Antártida resultaría ineludible, y los esfuerzos de reducción de emisiones solamente pueden prevenir los peores pronósticos.
Este sistema bioinformático, desarrollado por investigadores del CSIC y testado en la Antártida, puede mejorar el trabajo de campo al facilitar la recogida eficaz de muestras y su análisis en el lugar dónde se realiza el estudio.
Un grupo internacional de científicos revela cómo los microorganismos en la zona mesopelágica, incluso bajo la capa de hielo de la Antártida, tienen la capacidad de utilizar compuestos de azufre inorgánico como única fuente de energía para capturar dióxido de carbono. El artículo que se publica en Nature Microbiology aporta nueva información sobre el proceso de fijación de carbono en capas adonde no llega la luz solar.