Durante los últimos 40 años, el número total de pingüinos Adelia, una de las especies más comunes en la península antártica, ha disminuido de forma constante. O eso es lo que creían los biólogos. Un equipo científico acaba de anunciar el hallazgo de una colonia de más de un millón y medio de ejemplares de esta especie en los islotes Peligro, un archipiélago rocoso situado al norte de la Antártida. Lo sorprendente es que esta población no solo es la mayor del continente, sino que no parece haber sufrido un declive.
Caroline Mikkelsen junto a los miembros de la expedición en el monumento conmemorativo que construyeron. / Norwegian Polar Institute
Un grupo de 80 mujeres parten la semana que viene hacia el continente antártico. Con este periplo culmina el trabajo realizado en 2017 por las componentes del proyecto Homeward Bound, que afronta dos desafíos: impulsar el liderazgo femenino y promover medidas contra el cambio climático. El grupo español, compuesto por cuatro científicas, ha visitado Madrid antes de viajar al continente helado.
Un grupo internacional de científicos, en colaboración con la Universidad de Granada, comparte por primera vez con la comunidad científica un volumen de datos diversos, asociados a un proyecto de investigación geofísica, realizado en el volcán de la Isla Decepción en la Antártida.
¿Qué cambia cuando se calienta el océano Antártico solo un grado? Según los científicos de la Prospección Antártica Británica y el Smithsonian Environmental Research Center, que han realizado un experimento en esas aguas, el impacto es masivo en el océano.
En la Antártida, los pingüinos actúan como bioacumuladores y biotransportadores de elementos químicos contaminantes desde los ecosistemas marinos a los terrestres. Altas concentraciones de metales pesados en suelo antártico ponen en riesgo la salud ambiental del entorno. La actividad humana parece tener su parte de responsabilidad. Así lo describen investigadores del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia en un artículo publicado en la revista PLoS ONE.
La temperatura en la Antártida bajó entre 1998 y 2014, pero se prevé que aumente 0,34 ºC por década hasta 2100. Estos cambios de temperatura en el continente helado afectan de manera rápida y drástica al desarrollo de los líquenes, según un estudio liderado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales. El trabajo revela que los líquenes antárticos reflejan el impacto de unos cambios térmicos complejos de los que se tienen pocos datos aún.
Las bacterias del género Pseudomonas son capaces de adaptarse a todo tipo de ambientes. Científicos españoles acaban de describir una nueva especie de estos microorganismos que ha sido localizada en la Antártida en el contexto de una investigación internacional. La nueva bacteria es capaz de emitir sustancias que interrumpen la comunicación de otras con microorganismos y plantas.