Los ataques de oso pardo a humanos han aumentado de manera global en los últimos años y responden generalmente a reacciones defensivas por parte de los osos ante comportamientos humanos inapropiados. Este es el resultado de un estudio que ha recopilado la información de ataques en todo el mundo y que está liderado por la Universidad de Oviedo.
Alberto Fernández, un ganadero zamorano y dueño de más de 1.400 ovejas, conoce las claves que garantizan la seguridad del rebaño frente a las manadas de lobos de Sanabria y la Sierra de la Culebra. De hecho, no ha sufrido ningún ataque desde que gestiona el grupo de animales. La unión de ganaderos UGAMA, sin embargo, no está de acuerdo con su ‘lista de instrucciones’ y defiende que no son efectivas para muchos trabajadores del sector.
Investigadores de la Universidad de Huelva han desarrollado un sensor que alerta de las amenazas de seguridad informática en el funcionamiento de plataformas robóticas portátiles. Tras la localización de la anomalía, solventa las disfunciones y recupera la actividad normal del dispositivo.
Un equipo de científicos ha encontrado en Nataruk (Kenia) los vestigios de una verdadera batalla campal entre dos grupos de humanos que vivieron hace unos 10.000 años. Los huesos presentan signos de golpes, roturas y heridas de flecha. Los investigadores creen que es el caso de violencia organizada más antiguo que se ha registrado científicamente, un precursor de lo que hoy llamamos ‘guerra’.
La imagen de un gran tiburón blanco saltando fuera del agua para cazar una foca es por todos conocida, pero ¿cómo actúa en las profundidades marinas? Sus técnicas predatorias habían sido un misterio, hasta ahora, cuando las cámaras instaladas en robots submarinos autónomos las han registrado. Estos escualos –entre los que se encuentra el Deep Blue, que con seis metros de longitud es el mayor tiburón blanco filmado hasta la fecha– son los protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.
Los neandertales eran buenos cazadores, pero esta cualidad no les libraba de ser víctimas del ataque de los grandes carnívoros. Así lo demuestra un nuevo estudio basado en la investigación forense del IPHES y que permitirá a partir de ahora que la medicina forense incorpore la identificación de las marcas que este tipo de animales dejan en los cuerpos.
Un estudio basado en los atentados del 11-M revela que experimentar en el mismo acontecimiento episodios de ansiedad, estrés o terror influye directamente en la posibilidad de padecer un desorden psicológico relacionado con el pánico.
Investigadores japoneses publican un estudio en el último número de la revista Cell Metabolism en el que parecen haber encontrado la causa por la cual el fallo cardíaco favorece la diabetes, así como una nueva manera de romper ese “círculo vicioso metabólico” de dos enfermedades que por sí solas ya son dañinas.
La clave reside en que estas escamas controlan la separación del flujo de agua en torno a los cuerpos de los escualos. En la imagen, un tiburón toro (Carcharhinus leucas).
En la epilepsia localizada o focal, los ataques están generados por una descarga eléctrica neuronal localizada y sincrónica que puede extenderse a porciones grandes del cerebro. A pesar de las intensas investigaciones realizadas, sigue sin respuesta una cuestión fundamental: ¿cuáles son los primeros incidentes celulares que inducen el comienzo de un ataque focal?