Ilustración del ave Vegavis iaai sobrevolando las costas de la isla Vega en la Antártida con un dinosaurio al fondo. / Nicole Fuller/Sayo Art for UT Austin.
Un estudio realizado en el Parque Natural del Montseny, en Barcelona, apunta al abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales de la zona como un factor responsable de la notable pérdida en poblaciones de aves comunes que requieren de hábitats abiertos como los espacios de cultivo. En 12 años se ha producido un descenso poblacional del 44% de este tipo de aves.
La península ibérica es una de las áreas mediterráneas donde más bosques se han reforestado en los últimos años. Para comprobar cómo se adaptan las aves a la reforestación, un equipo de científicos, con la colaboración del Museo nacional de Ciencias Naturales, ha estudiado la diversidad de pájaros en pinares reforestados o naturales. Los científicos demuestran que en los bosques naturales el número de especies es mayor y advierten del riesgo de homogeneizar el paisaje con pinares.
Hasta ahora se creía que las aves eliminaban los excrementos de los nidos para evitar la presencia de parásitos. Una reciente investigación contradice esta hipótesis y concluye que las heces activan las defensas de las crías de mirlos y solo atraen a los insectos.
Mosquitero de Hume (Phylloscopus humei mandellii)
El hallazgo fue revelado por el ornitólogo Rafael Bessa durante el Festival Brasileño de Birdwatching celebrado la semana pasada, e implica la creación de un plan de conservación tanto para la especie como para su hábitat: el Cerrado brasileño. Los investigadores cuentan con la existencia de una población mínima de una docena de ejemplares.
Algunas aves tienen la capacidad de teñir sus plumas y picos de color escarlata. Lo hacen enrojeciendo los pigmentos amarillos que obtienen por los alimentos que ingieren. Dos nuevos estudios han hallado la enzima encargada de realizar esta mutación del color.
La diversidad de flores que observamos se debe en parte a los cambios en los tipos de polinizadores. Un estudio, realizado en las islas de Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde, con la colaboración de científicos españoles, demuestra que las formas de las células epidérmicas de los pétalos también se modifican cuando la polinización pasa de ser por insectos a aves.
El aumento de las temperaturas, generado en parte por la frenética actividad humana y la superpoblación, está modificando los hábitats naturales y pone en peligro la biodiversidad del planeta. Las aves son algunos de los animales afectados, pero no todas las especies sufren por igual las consecuencias del cambio climático. Un nuevo estudio demuestra que incluso puede beneficiar a algunas. De las 96 especies estudiadas en España, 37 se han visto favorecidas y 59 perjudicadas.