Este ha sido uno de los eslóganes más coreados en la manifestación del Orgullo en Vigo este año. Probablemente, se gritaría en numerosos otros pueblos y ciudades, en los que el ambiente festivo no acalla la crítica. Hay bastante que festejar, pero hay mucho más por reivindicar porque la comunidad LGTBIQ+ aún enfrenta diversas violencias y desigualdades.
A la comunidad LGTB no le falta representación en los laboratorios, pero sus miembros lamentan la falta de modelos que les den visibilidad. Además, consideran que el gremio debería unirse para mostrar su rechazo ante mensajes discriminatorios y contrarios a la evidencia científica como los defendidos por el bus tránsfobo que recorrió España el año pasado.
El Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea) encuestó a más de seis mil personas en diferentes aeropuertos de países mediterráneos durante el verano de 2009 para conocer los niveles de acoso y relaciones contra la propia voluntad que habían padecido. Según los expertos, una de cada diez turistas inglesas y alemanas habría sufrido este tipo de conductas durante sus vacaciones en el sur de Europa, así como uno de cada 15 hombres, según publica la revista Archives of Sexual Behavior.