Investigadores del Grupo de Ecología y Restauración Forestal de la Universidad de Alcalá han dirigido un estudio que demuestra que la diversidad biológica incrementa el potencial de almacenamiento de carbono y la productividad de los bosques españoles.
Existe un riesgo elevado de que parte de los ecosistemas forestales españoles se conviertan en emisores netos de carbono durante la segunda mitad del siglo XXI, según un informe que revisa los resultados obtenidos de aplicar el modelo de simulación forestal GOTILWA+, una herramienta capaz de simular el crecimiento de los bosques bajo diferentes condiciones ambientales y de optimizar la gestión forestal de los bosques mediterráneos en un contexto de cambio climático.
En la imagen, pérdida forestal de la isla de Sumatra. / Science
Ingenieros de Montes de la Escuela Politécnica de Mieres (Asturias) han estudiado la influencia de las diez especies más comunes de los montes de Asturias y Galicia a la hora de mitigar el cambio climático, con modelos matemáticos para cuantificar cuánto dióxido de carbono absorbe una masa forestal.
La respuesta de los árboles al cambio climático es compleja y depende de múltiples factores ambientales, así como de procesos internos relacionados con la ontogenia y la demografía, según un estudio internacional liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC.
Expertos del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales y de la Universidad Autónoma de Barcelona han participado en un estudio internacional que concluye que el estrés ambiental que supone el cambio climático está provocando que la mayoría de los árboles del planeta, tanto de bosques áridos como de bosques tropicales, estén utilizando su sistema vascular cerca de su umbral de seguridad. Esto les hace cada vez más susceptibles a los episodios de sequía ya que les podrían provocar embolias en su sistema circulatorio.
Cataluña está inmersa en un proceso de cambio global desde el punto de vista climático y ambiental. Este fenómeno está directamente relacionado con un conjunto de factores tales como: el cambio de usos del suelo, la contaminación, las invasiones biológicas o el calentamiento del planeta, entre otros, según un estudio que cuenta con la participación del científico Constantí Stefanescu, investigador asociado del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
Un trabajo liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona, ha analizado el impacto de la variabilidad climática interanual y estacional en los incendios producidos en los bosques de Cataluña durante el verano. El estudio concluye que los incendios forestales de verano, además de estar vinculados a las condiciones climáticas de la estación estival, también lo están a las condiciones climáticas antecedentes, sobre todo del invierno y la primavera del mismo año y de los dos años anteriores.
Según el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), los bosques españoles han acumulado CO2 a una velocidad media de 5 toneladas por hectárea y año. Los expertos alertan de que la tendencia podría invertirse hacia finales de siglo si se cumplen los escenarios de cambio climático previstos.
El aumento global de CO2 en la atmósfera podría estimular el crecimiento de los bosques, lo que podría paliar, al menos parcialmente, el calentamiento global inducido por las emisiones de este gas de efecto invernadero.