El brócoli es una verdura muy valorada por sus efectos quimiopreventivos, pero las sustancias de su composición se degradan por la acción del oxígeno. Un equipo de científicos ha evaluado las ventajas de la microencapsulación para proteger al alimento de factores externos, enmascarar sabores y olores desagradables, y aumentar sus propiedades saludables sin alterar sus atributos sensoriales. La técnica se puede aplicar también a otro tipo de alimentos.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y dos hospitales madrileños han comprobado que el indol-3-carbinol, una molécula presente en el brócoli, las coles y la coliflor, potencia el efecto de algunos fármacos usados para combatir la leucemia linfática crónica. Su efecto positivo se manifiesta incluso en pacientes que no responden a los tratamientos.
Investigadores de la UNED, en colaboración con otros científicos españoles e italianos, han conseguido mantener intactas las propiedades del brócoli 12 días después de ser recolectado. El método consiste en sellar bolsas de polipropileno microperforado –un tipo de plástico– con un 10% de oxígeno y un 5% de dióxido de carbono.
Los brotes de brócoli pueden prevenir el cáncer de estómago