Las proteínas intrínsecamente desordenadas o IDPs forman parte de más del 50% de las proteínas de los organismos superiores, los eucariotas, y llevan a cabo un montón de funciones biológicas dentro de las células. Ahora, la revista Nature Communicatios publica un novedoso estudio sobre ellas.
Joe Fernández ha sido una de las estrellas de la feria BioSpain, celebrada en Santiago de Compostela. Hijo de santanderino y gallega, este emprendedor lleva en EE UU casi toda su vida. Allí, en los 80, creó su primera empresa: Invitrogen, que creció al calor del proyecto Genoma con sus kits de clonaje. Luego fundó Active Motif, centrada en herramientas que permitan avanzar en el estudio del núcleo de las células en 3D, un ámbito que, en su opinión, va a hacer posible desarrollar fármacos cada vez más precisos. En sus ratos libres, invierte en nuevas firmas de biotecnología para ayudarlas a crecer.
Científicos españoles han definido una interacción entre proteínas clave para la división de las células. Los resultados podrían ayudar a mejorar las terapias oncológicas dirigidas a bloquear estos procesos de división y, por tanto, limitar la proliferación y expansión de las células tumorales.
Un cáncer se clasifica típicamente en función de su tejido de origen. Sin embargo, la posibilidad de hacer estudios genómicos a gran escala permite conocer en detalle el perfil molecular específico de los tumores y clasificar la enfermedad de una manera más precisa.
Un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG), publicado esta semana en Science, muestra un nuevo sistema de control de calidad de las proteínas en la membrana del núcleo celular. Según los autores, el sistema tiene funciones como eliminar las proteínas que se pliegan de forma errónea y proteger al núcleo de la acumulación de dichas proteínas, lo cual resulta clave en células que no se dividen, como las neuronas.
Expertos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares han descubierto la clave de la aparición de los dos primeros tipos de células de los mamíferos, que se establecen antes incluso de que se forme el embrión, en la etapa de desarrollo en la que los mamíferos están en la fase de blastocisto.
Un estudio liderado por científicos de la Universidad de Murcia analiza una nueva terapia contra el cáncer que no lesione las células sanas. El objetivo de su investigación, portada de la revista de la Royal Society of Chemistry, es mutar de forma selectiva una célula cancerígena. De momento ha conseguido los parámetros para aplicar el proceso a tejidos vivos.
Un estudio del Instituto de Bioingeniería de Cataluña publicado el domingo en Nature Materials revela cómo las células mamarias detectan el endurecimiento del tejido, clave en el desarrollo del cáncer de mama. El mecanismo explica cómo las moléculas que las células utilizan para adherirse a su entorno, llamadas integrinas, permiten a las células detectar y adaptarse a la rigidez del tejido.
La mayoría de tumores presentan inestabilidad genómica debida a ganancias y pérdidas de genes, rotura de cromosomas, mutaciones, etc. A pesar de que estas alteraciones son necesariamente letales para las células normales, no lo son para las cancerosas, que olvidan las propiedades del tejido del que se originaron. Como el personaje creado por Scott Fitzgerald, que en lugar de envejecer, rejuvenece a costa de perder la memoria.
Los órganos ahora también se crean en el laboratorio. El último caso, hecho público hoy, muestra las primeras destinatarias de vaginas humanas artificiales. Se trata de cuatro adolescentes que recibieron con éxito el órgano, diseñado a partir de sus propias células.