Un análisis estadístico de los efectos de las noches de mucho calor sobre la mortalidad en el entorno de Barcelona revela que durante esos periodos nocturnos se producen más fallecimientos por causas naturales, respiratorias y cardiovasculares. El número de noches ‘tropicales’ ha aumentado en las últimas décadas en la capital catalana.
El calentamiento climático es un hecho y ya se refleja en la evolución de las temperaturas estivales en España. Sin embargo, en contra de lo previsto, no ha hecho aumentar la mortalidad atribuible al calor. El análisis de los datos entre 1980 y 2015 sugiere que la población española está mejor adaptada al calor en la actualidad que décadas atrás.
El mecanismo del botijo solo necesita agua, arcilla y un clima seco y caluroso para funcionar. Eso lo sabe bien el catedrático Gabriel Pinto, que en los 90 describió las ecuaciones del recipiente más castizo. Ahora, su alumna Carla Ortiz ha estudiado su aplicación en una vasija llamada pot in pot que se utiliza en África para conservar las verduras. Incluso refrigera los viales de insulina.
El frío y el calor intensos incrementan el riesgo de accidente laboral en España en un 4% y un 9%, respectivamente. Así concluye un estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, que revela cómo las mujeres parecen ser más vulnerables al frío y los hombres al calor. La pérdida de días laborales por la temperatura tuvo un coste anual en España de más de 360 millones de euros, lo cual equivale al 0,03% del PIB de 2015.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de EE UU han demostrado que el transporte de calor tiene un comportamiento similar al de un fluido viscoso cuando se estudia a escala nanométrica. El descubrimiento puede ayudar a mejorar el comportamiento térmico en los dispositivos electrónicos.
Científicos estadounidenses vaticinan que en 2100 la temperatura media de nuestro planeta habrá aumentado 3,2 °C. Según sus estimaciones, tan solo hay un 5% de posibilidades de que, como establece el Acuerdo de París, la temperatura de la Tierra no se eleve más de 2 °C a finales de siglo. La rapidez con la que se reduzcan las emisiones de carbono en las distintas actividades económicas será crucial para determinar el calor del futuro.
El cambio climático representa una de las mayores amenazas actuales para la biodiversidad y uno de los grupos animales más afectados por el aumento de la temperatura son los anfibios. Un equipo científico con participación española ha estudiado cómo las olas de calor afectan al tipo de dieta de tres especies de anfibios de la península ibérica: la ranita de San Antonio, la ranita meridional y el sapillo pintojo ibérico.
Una invención para combatir el calor, el aire acondicionado