Un equipo científico Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social ha descubierto en la Gruta de Figueira Brava (Portugal) grandes cantidades de restos de crustáceos que estos humanos arcaicos cazaban, recolectaban y cocinaban al fuego. El trabajo revela que explotaban los recursos marinos de forma intensiva.
Un grupo de investigadores ha descubierto la rapidez con que pueden cambiar su dieta habitual los lobos de Alaska, protagonistas de #Cienciaalobestia. Con la drástica disminución de su principal presa en una isla del archipiélago Alexander, los lobos pasaron a cazar nutrias marinas.
El Gobierno ha publicado en el Boletín Oficial del Estado una orden ministerial que modifica el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), con el fin de incluir a todas las poblaciones de lobo ibérico (Canis lupus) de España. Por tanto, a partir de hoy, su caza está prohibida.
El uso de antorchas y una buena visión nocturna permitió a los neandertales cazar en cuevas unas aves esquivas durante el día y de plumaje negro, conocidas como chovas. Según un nuevo estudio, el hábito de consumirlas por parte de estos homininos fue extenso y frecuente.
Una investigación ha estudiado las estrategias de subsistencia de los grupos neandertales en el yacimiento madrileño del Abrigo de Navalmaíllo (Pinilla del Valle). Los resultados indican que cazaban principalmente grandes bóvidos y ciervos.
Aunque la prohibición de la caza del lobo, protagonista del #Cienciaalobestia, parece estar cerca en España, su presencia genera aún conflicto y preocupación. Un nuevo estudio realizado en Mongolia muestra que estos cánidos prefieren alimentarse de ungulados salvajes que de ganado si tienen elección. Los científicos defienden las áreas seminaturales para limitar los ataques a rebaños.
Los restos de una joven de 9.000 años de antigüedad, enterrada con herramientas de caza mayor en Perú, contradice la hipótesis de que la caza prehistórica era dominio exclusivo de los hombres.
Los animales se enfrentan a múltiples amenazas en muchas regiones del mundo. Un estudio ha combinado por primera vez a gran escala el impacto de la caza y el cambio en el uso del suelo en más de 1.800 mamíferos tropicales y concluye que ambas presiones reducen entre el 40 % y el 50 % la distribución de estas especies.
A la hora de elegir un lugar de vacaciones, hay quienes se deciden por un destino que incluya animales salvajes que se puedan ver; pero también tocar, alimentar, comer o incluso matar. Una parte de la comunidad científica lucha por que se reconozca la ética animal en este sector y que se impulse la conservación.
Allí donde la deforestación aún no ha hecho mella, la caza merma las especies de mamíferos de las selvas tropicales. Un equipo de científicos ha estimado por primera vez el impacto de la caza y muestra que esta actividad reduce en un 40% las poblaciones de grandes mamíferos en los trópicos.