La mayoría de animales aprenden unos de otros, pero los humanos, además, son capaces de acumular conocimiento y compartirlo. Un estudio internacionalplantea las condiciones sociales y capacidades cognitivas necesarias para su transmisión. Los resultados destacan la importancia de las instrucciones verbales, la imitación y la ‘prosocialidad’ en el aprendizaje.
Hasta ahora se pensaba que los humanos envejecían más lentamente que otros animales. Investigadores norteamericanos y africanos han comparado por primera vez los patrones de envejecimiento de humanos, chimpancés, gorilas y otros primates, y han concluido en un estudio, publicado esta semana en Science, que el ritmo de envejecimiento humano no es “tan exclusivo”.
Los macacos machos en estado salvaje y sin parentesco establecen relaciones cercanas y estables con otros machos de su grupo. El estudio, que publican investigadores alemanes en la revista Current Biology, confirma que estas relaciones son parecidas a las de amistad en seres humanos, y que la motivación para mantener estos lazos es de naturaleza política.
Cristina Garmendia y Jane Goodall con algunos de los niños que han participado en el encuentro.
Un chimpancé en el bosque Kibale de Uganda.
Científicos españoles y estadounidenses han analizado los datos comportamentales recogidos durante más de una década de dos grupos de chimpancés del Centro Nacional de Investigación de Primates Yerkes en Atlanta (EE UU). La investigación, que se basa en más de 3.000 casos, demuestra que familiares y amigos suelen consolar al chimpancé, víctima de un conflicto, pero son sobre todo las hembras las que consuelan más a menudo.
La revista Science publica esta semana dos comentarios técnicos que ponen en tela de juicio algunas de las conclusiones sobre el fósil homínido Ardipithecus ramidus que el equipo de Tim White anunció en la misma publicación científica en octubre de 2009. Los investigadores cuestionan el hecho de que ‘Ardi’ fuera un homínido y que viviera en bosques densos.
Utilizando ratones como modelos, los investigadores de Antropología Evolutiva del Instituto Max Planck (Alemania) atribuyen algunas de las diferencias entre humanos y chimpancés a la dieta. Las diferencias en la expresión genética en ratones alimentados con dieta humana y de chimpancé aparecen en un artículo publicado en la última edición de la revista de acceso abierto PLoS ONE.