Una nueva investigación afirma que se podrían posponer cada año casi 3.000 muertes prematuras en Barcelona con una óptima planificación urbana y del transporte. Este es el primer estudio que cuantifica los efectos múltiples de estas variables relacionados con las exposiciones en una ciudad y su impacto en la salud.
Son imperceptibles al ojo humano y se esconden en algunos productos de cosmética, envoltorios de plástico y alimentos. Los llamados ‘disruptores endocrinos’ interfieren en el sistema hormonal y pueden dañar la salud de humanos y otros animales. La ciencia recoge las primeras evidencias de este problema para el que la Comisión Europea propone ahora criterios científicos, con años de retraso.
En España, donde todas las culturas ibéricas han crecido a orillas de algún río, es urgente salvar lo poco que queda de bueno en las cuencas, castigadas durante décadas por la contaminación, las especies invasoras y las alteraciones hidrográficas. Nuevas figuras como las reservas naturales fluviales surgen para luchar por la preservación de los escasos ríos vírgenes que aún resisten.
Un equipo de investigadores de Cataluña ha demostrado que el tráfico es la única fuente de partículas finas que se asocia con una reducción en el desarrollo cognitivo. Por ello, una reducción de la contaminación atmosférica procedente del tráfico en las escuelas primarias podría tener efectos beneficiosos sobre la cognición.
Explicación gráfica del informe presentado en Nairobi esta semana. / Efe
Cada mes llegan a la superficie de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico miles de toneladas de hidrocarburos aromáticos policíclicos, contaminantes procedentes del uso de combustibles fósiles, de incendios y de vertidos de petróleo. Así se desprende de las mediciones y experimentos realizados durante la expedición Malaspina. Estas concentraciones podrían afectar a largo plazo a los seres vivos oceánicos y la toxicidad podría generar alteraciones en la formación de aerosoles en la atmósfera marina.
El volcán submarino de El Hierro emite el 0.1% del flujo de CO2 volcánico a nivel mundial. La dispersión de este gas ha aumentado la acidez en las proximidades marítimas.