El instituto Germanwatch ha presentado durante la cumbre del clima de Madrid los resultados del Índice de Riesgo Climático Global 2020. Según este análisis, basado en los impactos de los eventos climáticos extremos y los datos socioeconómicos asociados a ellos, Japón, Filipinas y Alemania fueron los países más afectados en el año 2018.
Si hubiera un terremoto al sur de la península ibérica, un sistema de alerta sísmica temprana podría detectarlo y avisar de su magnitud unos segundos después de su inicio, dando margen a las autoridades para alertar a la población cuanto antes y mitigar los daños. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de otras instituciones han demostrado la viabilidad de este sistema, cuya eficacia se ha demostrado en países como Japón.
Dos semanas, más de 40.000 personas de todas partes del mundo y un tema común: el cambio climático. Así podría resumirse en una sola frase la actividad de esta cumbre del clima que está a punto de terminar en París, a la espera de que las 196 partes aprueben a lo largo de la tarde el ansiado acuerdo por el futuro del planeta. El texto final acaba de ser presentado.
Por primera vez un estudio ha calculado cuánto cuestan a los españoles los atropellos de fauna salvaje: la cifra asciende a 105 millones de euros al año, lo que supone casi 16 euros por persona. Los animales que más costes acarrean son los de caza, según la investigación de la Universidad Complutense de Madrid.
El terremoto del pasado 25 de abril en Nepal ha vuelto a conmocionar a la sociedad. En estos casos surge la pregunta: ¿Qué medidas se pueden tomar ante estos fenómenos naturales? Elisa Buforn, catedrática del departamento de Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense de Madrid, plantea diferentes alternativas, cuyo principal lastre es la falta de recursos de los países pobres.
Lorca fue la ciudad más devastada por los terremotos del pasado 11 de mayo. Los seísmos que azotaron la región dejaron víctimas, además de hogares y edificios históricos dañados. Desde el primer día, geólogos y arquitectos se han puesto manos a la obra para mantener y recuperar el patrimonio histórico perdido. Un mes después de la catástrofe se vislumbra la esperanza.