El investigador sueco Svante Pääbo ha sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2022 por sus descubrimientos de los genomas de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, y sobre la propia evolución de los humanos.
Un equipo del Centro Nacional de Investigación Científica francés ha analizado el ADN de tres neandertales y un denisovano que dan nuevas pistas sobre la historia evolutiva de nuestros ancestros. Han confirmado su origen africano, su escasa variabilidad genética y proponen varias razones para su extinción.
Los denisovanos siguen siendo un misterio para los científicos por los escasos restos fósiles encontrados de esta población humana que vivió en Siberia y Asia oriental hace más de 50.000 años. Un equipo de científicos, con participación española, proporciona ahora la reconstrucción del aspecto físico de estos homínidos gracias a un novedoso método a partir del análisis genómico de la falange de un meñique.
En una cueva de las remotas montañas siberianas ha aparecido un pequeño trozo de hueso, de apenas dos centímetros, perteneciente a una adolescente que vivió hace más de 50.000 años. Los análisis genómicos realizados por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania han revelado un resultado sorprendente: la madre de la joven era una neandertal y su padre un denisovano, los dos grupos de homínidos extintos que habitaban Eurasia mientras se expandían los humanos modernos.
Sankararaman et al./Current Biology 2016
Los científicos ya sabían que el ADN de los neandertales se encuentra en todas las poblaciones no africanas de los humanos de hoy en día. Un estudio revela ahora que los habitantes de Melanesia, en Oceanía, albergan en su genoma entre el 1,9% y el 3,4% de herencia procedente de los denisovanos, otra especie extinta de Homo de la que solo se conservan restos de un individuo hallado en Siberia.
Los científicos habían demostrado que los neandertales y los humanos modernos se aparearon fuera de África hace alrededor de 47.000 y 65.000 años. Sin embargo, un estudio con diferentes métodos de análisis de ADN ha identificado un cruce mucho más temprano: hace unos 100.000 años en Siberia, decenas de miles de años antes de los documentados hasta ahora.
Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Genómica de Pekín y la Universidad de California ha explicado que la adaptación a la altura de los habitantes del Tíbet se debe al cruce con los homínidos de Denisova, ya extintos. El trabajo arroja nueva luz sobre la adaptación del ser humano.
La diversidad genética de los neandertales era menor que la de los humanos actuales. Esta es una de las conclusiones principales a las que ha llegado un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que ha sido publicado en el último número de la revista PNAS.