Durante la última glaciación, la gruesa capa de hielo ayudó a contener la actividad volcánica, ya que su peso mantenía el magma bajo la superficie. Sin embargo, el calentamiento global y el deshielo de los glaciares disminuyen esa presión, lo que podría provocar erupciones más frecuentes y explosivas.
Un nuevo estudio advierte que gran parte del daño causado por el calentamiento global será irreversible durante generaciones. Aunque se lograra enfriar el planeta, los glaciares tardarían siglos en recuperar su volumen original.
Una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona ha utilizado una nueva metodología para aislar el efecto del deshielo del Ártico de otros factores relacionados con el cambio climático. Los resultados muestran que este fenómeno afecta de distinta manera a diferentes regiones.
El vertido de agua dulce por el deshielo antártico está alterando la salinidad del océano y debilitando la circulación profunda. Un estudio prevé que la Corriente Circumpolar Antártica perderá un 20 % de su fuerza para 2050 en un escenario de altas emisiones, afectando al clima y la vida marina.
Un estudio internacional revela que los glaciares han perdido un 5 % de su volumen total en los últimos 20 años. En la última década, la velocidad de deshielo ha aumentado un 36 %.
El derretimiento del 90 % de este territorio en el último millón de años aumenta las predicciones de riesgo de catástrofe por la subida de nivel del mar. Restos de plantas, insectos y hongos del suelo hallados bajo tres kilómetros de hielo son pruebas inequívocas de este acontecimiento.
Es la conclusión principal de un nuevo estudio del el Institut de Ciències del Mar del CSIC que prueba la eficacia de la detección remota para monitorizar las principales variables oceanográficas, entre ellas la salinidad.
Análisis genéticos de un pequeño cefalópodo que vive en aguas antárticas da indicios sobre qué ocurrió con las enormes masas heladas en el Último Interglaciar, hace unos 120.000 años, cuando las temperaturas eran solo 1 grado centígrado más cálidas que las preindustriales.
En su discurso de apertura de la cumbre de líderes de la COP28, que se celebra en Dubái, António Guterres ha asegurado que, para evitar el colapso planetario, los gobiernos deben acordar la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. A los dirigentes de las empresas petroleras les ha pedido que no sigan apostando por un modelo de "negocio obsoleto".
La pregunta ya no es si va a subir el nivel global del mar, sino en cuánto tiempo lo hará. Un estudio de modelización publicado en la revista Nature Climate Change, sugiere que el rápido calentamiento de los océanos en la región occidental de la Antártida resultaría ineludible, y los esfuerzos de reducción de emisiones solamente pueden prevenir los peores pronósticos.