En los últimos decenios, el hielo ártico ha disminuido rápidamente en todas las estaciones, con un declive cada vez mayor desde el año 2000. Un equipo científico internacional estima que desaparecerá de forma temporal a finales de la época estival una década antes de lo previsto.
Investigadores del CSIC muestran cómo el deshielo causado por el aumento de temperatura deriva en mayores emisiones oceánicas de mercurio a la atmósfera en la región. El trabajo revela que la deposición de mercurio sobre la superficie del hielo ártico se triplicó al comienzo del Holoceno comparado con el último ciclo glacial.
El informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus ha registrado el verano más cálido hasta la fecha. Los expertos alertan de que Europa debe adaptarse a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estrés hídrico y el deshielo.
Investigadores de la Universidad de Granada lideran un proyecto internacional, llamado GOLETA, donde analizarán las propiedades eléctricas del manto terrestre profundo bajo el continente helado. El trabajo ayudará a conocer mejor los procesos de hielo y deshielo que condicionan las variaciones del nivel del mar a escala global.
Un potencial colapso del glaciar Thwaites provocaría un aumento de los niveles globales del mar en unos 65 centímetros. Dos estudios publicados en la revista Nature dan a conocer los patrones de deshielo según la topografía de la zona y describen cómo influyen las interacciones entre el hielo y el océano.
Investigadores alemanes y daneses han encontrado que la primera década de los 2000 fue 1,7 grados centígrados más cálida que el intervalo entre los años sesenta y noventa. Además, han hallado que el deshielo ha crecido notablemente en Groenlandia, contribuyendo de manera significativa al aumento global del nivel del mar.
Aunque la capa de hielo flotante del Ártico está desapareciendo debido al cambio climático, en la Antártida hasta hace poco ocurría lo contrario: se estaba expandiendo. Sin embargo, en febrero, se detectaron los valores más bajos jamás registrados. Es la primera vez que su extensión se sitúa por debajo de los dos millones de kilómetros cuadrados.
Investigadores de la Universidad de Cambridge han observado tasas de fusión muy altas en el fondo de la capa de hielo de Groenlandia, causadas por las enormes cantidades de agua deshelada que cae desde la superficie. Al hacerlo, la energía se convierte en calor, en un proceso equivalente al de las diez mayores centrales hidroeléctricas del mundo juntas.