Como cada año por estas fechas, la investigadora de la Universidad de Salamanca Carmen Domínguez se encuentra en la Antártida coincidiendo con el verano austral. Allí intenta comprobar los efectos del cambio climático a través de la medición del deshielo de los glaciares. Sin embargo, este año añade a su actividad investigadora una tarea más: estar en contacto permanente con escolares de Salamanca a través de internet con el objetivo de inculcarles la importancia del medio ambiente y de la investigación científica.
El sistema de drenaje interno de la capa de hielo que cubre Groenlandia evita que se acelere el flujo hacia los océanos durante los veranos calurosos
El sistema de drenaje interno de la capa de hielo que cubre Groenlandia evita que se acelere el flujo hacia los océanos durante los veranos calurosos. Así lo revela una investigación europea publicada hoy en Nature. Sin embargo, los científicos niegan que la región helada esté “a salvo” del cambio climático.
La temperatura del agua situada en el Atlántico subtropical experimentó un descenso de 0,15ºC entre 1998 y 2006. Así lo revela un estudio liderado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) que sugiere que la circulación causada por el viento podría ser responsable de este “inusual” comportamiento.
Los cambios en las regiones polares producen efectos en otros lugares y pueden impulsar un cambio a nivel mundial. Así lo ha confirmado la investigadora danesa Katherine Richardson en la Conferencia Científica de Oslo (Noruega) que se celebra el Año Polar Internacional del 8 al 12 de junio.
Investigadores holandeses han observado cómo el calentamiento global afectará a las cuencas del sureste asiático en los próximos 50 años. Los resultados demuestran que el cambio climático podría perturbar las reservas de nieve y hielo de las montañas asiáticas, reducir la disponibilidad de agua, y amenazar la seguridad de alimento de millones de personas.
Campo de velocidad de superficie en el glaciar Baltoro de Paquistán, basado en imágenes tomadas entre 2003 y 2008.
Investigadores estadounidenses han estudiado la capa de hielo que queda en la cumbre de la montaña del Kilimanjaro (Tanzania) y han concluido que podría desaparecer en dos décadas o antes. La principal causa de su desaparición podría ser el aumento de las temperaturas en todo el planeta, según afirman los científicos en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Glaciares del Kilimanjaro en Tanzania.
Confirman la posibilidad de una subida preocupante del nivel del mar