Los ratones desarrollan diabetes pancreática cuando carecen de ciertos genes, y, para entender cómo ocurre esto, investigadoras de la Universidad del País Vasco se han centrado en el mecanismo molecular que lo provoca.
Las modificaciones en los niveles de la hormona leptina durante la gestación o la lactancia aumentan el riesgo de padecer obesidad y diabetes en la edad adulta. Así lo constatan los trabajos de Miriam Granado, de la Universidad Autónoma de Madrid, por los que ha sido premiada por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.
Un nuevo método, publicado esta semana en la revista BMC Medicine, utiliza células madre de sangre del cordón umbilical para reeducar a las células T (responsables de coordinar la respuesta inmune celular) de las personas diabéticas y reiniciar la función pancreática que reduce la necesidad de insulina.
Investigadores japoneses publican un estudio en el último número de la revista Cell Metabolism en el que parecen haber encontrado la causa por la cual el fallo cardíaco favorece la diabetes, así como una nueva manera de romper ese “círculo vicioso metabólico” de dos enfermedades que por sí solas ya son dañinas.
El trabajo, liderado por expertos de la Universidad de Extremadura (UEx), pretende analizar el estado oftalmológico de una población diabética y de un grupo de mayores tras 20 años de evolución. Identificar los principales factores de riesgo de esas poblaciones facilitaría el control de esos pacientes.
Una investigación analiza el patrón dietético de la población adulta española con alto riesgo cardiovascular. Los resultados revelan un consumo elevado tanto de carne roja como de pescado. Pero mientras que comer mucho embutido se asocia con mayor peso y tasa de obesidad, el consumo de pescado se vincula con una menor concentración de glucosa y un menor riesgo de diabetes.
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que el gen IRS1, asociado a una menor grasa corporal, incrementa –paradójicamente– el riesgo de enfermedad cardiovascular y de diabetes tipo 2.
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) apunta a la hipertrigliceridemia como potencial marcador para la detección temprana del síndrome metabólico y la diabetes, así como del riesgo de enfermedades cardiovasculares. La hipertrigliceridemia es el trastorno lipídico más común en pacientes con infarto de miocardio no fatal y se caracteriza por un nivel elevado de triglicéridos en el plasma.
En la mayoría de los casos de diabetes, varios genes y factores ambientales se ven implicados. No así en la diabetes monogénica, donde las causantes son las mutaciones de un único gen. Entre el 25 % y el 45 % de las familias o pacientes con diabetes monogénica no presentan alteraciones en ninguno de los genes que hasta la fecha se han postulado como posibles causantes, por lo que deben identificarse nuevos genes candidatos. La bioquímica Intza Garin ha dado pasos en esta dirección, en una investigación llevada a cabo en el Hospital de Cruces, y que se ha visto reflejada, entre otras, en la publicación The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
La secreción de melatonina alcanza su pico en la mitad de la noche. Foto: Tim Snell.