El científico Robert May demostró matemáticamente en 1972 que un aumento en la biodiversidad conduce a una mayor inestabilidad ecológica, sin embargo, observamos que redes complejas como los ecosistemas o internet son bastante estables frente a las perturbaciones. Ahora un estudio internacional ofrece una solución para esta paradoja.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
El azor rojo cautiva a observadores y ornitólogos por su emblemático plumaje, sus alas marcadas y sus enormes garras. Sin embargo, la especie ha perdido un tercio de su hábitat histórico. Su desaparición puede poner contra las cuerdas el equilibrio de los ecosistemas australianos.
Una investigación que ha explorado el yacimiento de Biota de Guiyang, al sur de China, evidencia que la recuperación de estos ecosistemas tras la extinción masiva del Pérmico-Triásico se produjo en período mucho más corto del que se creía hasta el momento.
La vida no ocurre en condiciones aisladas de laboratorio, sucede fuera, en el mundo real. Eso lo saben bien biólogos moleculares como la británica Edith Heard. Gracias al nuevo proyecto denominado Moléculas a los Ecosistemas, lanzado recientemente y que contará con laboratorios móviles, los científicos podrán tener una imagen más completa de cómo se adaptan y evolucionan los organismos en el medioambiente.
Un estudio ha analizado durante 44 años la variación en las poblaciones de aves del Parque Nacional de Soberanía, en Panamá. Según el trabajo, hasta el 70 % de las especies que habitan el sotobosque ha visto reducida su población sin causa aparente.
Un estudio, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, reconstruye las condiciones en que se habitaron las Azores por primera vez y el impacto de la presencia humana en los ecosistemas. Los autores del trabajo sugieren que los primeros colonizadores procedían del norte de Europa.
Las praderas de posidonia muestran lesiones graves y permanentes en sus órganos sensoriales cuando se exponen a sonidos de origen antropogénico, hecho que amenaza su supervivencia.
Un estudio internacional muestra que los seres vivos grandes, longevos y de baja fertilidad en riesgo de extinción, sean vegetales o animales, son responsables del 80% de la diversidad funcional en los ecosistemas del planeta.
La modificación del curso de los ríos por el ser humano mediante la instalación de barreras como alcantarillas, norias o plantas hidroeléctricas puede generar problemas en su biodiversidad y en sus ecosistemas.